Resultados insuficientes

La vacuna rusa "es segura", pero no se puede determinar si protege contra la COVID-19

La vacuna rusa Sputnik V ha obtenido efectos positivos en su primer ensayo en humanos, aunque no muestra resultados en mayores de 65 años y tan solo ha sido probada en 76 adultos.

ondacero.es

Madrid | 04.09.2020 17:42

La candidata rusa a vacuna contra la covid-19 es segura, según estudio | EFE

La vacuna rusa, bautizada bajo el conocido nombre de Sputnik V, ha obtenido unos primeros resultados "prometedores pero pequeños" tras ser probada en 76 voluntarios, aunque todavía no se puede determinar si la vacuna es realmente eficaz contra el coronavirus.

Según los resultados preliminares publicados en The Lancet, las dosis administradas generan una respuesta inmune parecida a la de aquellas personas que han superado la COVID-19, pero sin otros efectos adversos que no sean fiebre, dolor de cabeza, fatiga o dolores musculares y articulares. No obstante, los autores del estudio reconocen "limitaciones" en el mismo.

Uno de los principales motivos por los que los resultados no son determinantes es que únicamente se ha probado en 76 voluntarios, todos ellos hombres y "relativamente jóvenes". Por este motivo, la inmunidad en mayores de 60 años no queda demostrada. Asimismo, tampoco se ha utilizado una vacuna de placebo/control y el seguimiento de los voluntarios es de "corta duración" (42 días).

"Son necesarios estudios adicionales para evaluar la vacuna en diferentes poblaciones", han aclarado en la publicación, a la vez que han informado de que los ensayos clínicos de la fase 3 contarán con 40.000 voluntarios "de diferentes edades y grupos de riesgo". Además, se llevará a cabo un "monitoreo constante de la condición de los voluntarios a través de una aplicación y cada dosis de la vacuna tendrá su propio código".

Científicos ajenos al estudio como Naor Bar-Zeev, de la Facultad de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg en Estados Unidos, ha confirmado que la inmunidad, aunque duda que se pueda "inferir nada sobre la inmunogeneidad en grupos de mayor edad". En este sentido, ha remarcado que "la eficacia clínica de alguna vacuna contra la COVID-19 todavía no ha sido demostrada".

"Mostrar seguridad será crucial con las vacunas COVID, no solo para la aceptación de la vacuna, sino también para la confianza en la vacunación. Los resultados de seguridad hasta ahora son alentadores, pero los estudios son demasiado pequeños para abordar eventos adversos menos comunes o raros", ha concluido el científico.

Así funciona 'Sputnik V'

La posible vacuna rusa se suministra en dos dosis. La primera de ellas consiste en una modificación genética del adenovirus del resfriado humano con el objetivo que las células de la persona vacunada fabriquen la inmunidad. 21 días después de esta primera inoculación, se inyecta una nueva dosis de refuerzo con un adenovirus diferente que estimule la inmunidad.

El investigador principal, Denis Logunov, ha explicado que las dosis administradas de la vacuna consiguen crear la inmunidad en las células humanas al producir una nueva proteína. A su vez, este fenómeno hace que el sistema inmunológico sea capaz de "reconocer y atacar" el virus del COVID-19.

Los ensayos de la vacuna se han llevado a cabo en dos centros de Moscú: el hospital militar de Burdenko y en un centro de la Universidad Sechenov.

Los científicos llaman a la unidad

Bajo el título 'Los ensayos para una vacuna COVID-19 deben perseguir una eficacia útil', también publicada en The Lancet, un conjunto de científicos ha expuesto que se necesita "una evaluación eficiente, rápida y fiable" de todas las candidatas a vacuna contra el coronavirus, por lo que temen que "presiones políticas y económicas lleven a una implantación generalizada de una vacuna que apenas es efectiva".

Por ello, han opinado que unos ensayos globales "pueden determinar resultados más rápidos y fiables" y han defendido que " la colaboración global podría refutar el perjudicial nihilismo y nacionalismo" que rodea la carrera por desarrollar la vacuna.

Este grupo de científicos que firma el artículo ha insistido en que es necesario obtener "pruebas fiables" de la eficacia a largo plazo, la seguridad de la vacuna y la protección contra el coronavirus.

Asimismo, han determinado que los primeros resultados acerca de la eficacia en vacunas de una o dos dosis deberían recogerse entre los 3 y 6 primeros meses, mientras si estas vacunas incluyen control/placebo, el tiempo estimado es "como mínimo" de 12 meses.

"Este planteamiento incrementa la fiabilidad en los adultos más mayores y los más jóvenes, la duración de la protección, la eficacia contra la enfermedad y cualquier aumento de la misma", han apuntillado.

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