Damián Quintero: "Si se cancelan los JJOO se nos viene el mundo encima"
Pese al comunicado del Comité Olímpico Internacional, hay serias dudas de que los Juegos Olímpicos de Tokio se puedan llevar a cabo. Con el karateca Damián Quintero y la periodista Paloma del Río, analizamos todas las opciones que hay encima de la mesa.
Cuando lo he leído esta mañana casi me atraganto, reconoce Damián Quintero. Ha sido volver a la incertidumbre de hace un año. El comunicado del COI y el del Comité Olímpico Español han sido tranquilizadores, reconoce un Quintero que cree que sí se celebrarán los Juegos Olímpicos de Tokio.
Además, Paloma del Río, una de las periodistas más reconocidas en el olimpismo de nuestro país cree que la decisión no se tomará hasta el mes de marzo. Eso sí, reconoce que la noticia de The Times le incita a pensar que puede ser uno de los primeros indicios de una cancelación. Apunta, que los derechos televisivos serán decisivos en la decisión que se tome ya que hay una cantidad enorme de dinero en juego.
Los contagios y las vacunas, factores que marcarán la celebración de los JJOO
Para entender el escenario hay que tener en cuenta varios factores. El primero, obviamente, es el COVID. Japón no se encuentra entre los países más afectados por la pandemia, pero si ha visto como desde el mes de noviembre los contagios crecen de manera alarmante. Ahora mismo, el país nipón suma casi 350.000 contagios, de los cuales 90.000 corresponden a Tokio, y casi 5.000 muertos, 750 de ellos en Tokio. Además, desde hace quince días el gobierno japonés decretó el estado de emergencia en la capital.
Al estado general de la pandemia, hay que incluir el segundo factor que es la llegada de las vacunas. La vacunación no empezará en Japón hasta febrero, y hay vacunas que no estarían disponibles hasta el mes de mayo. Desde el Comité Olímpico Internacional (COI) surgió el debate sobre si era necesario que los deportistas olímpicos tuvieran un trato de privilegio para ser vacunados. El máximo mandatario del COI, Thomas Bach, dijo hace unos días que no era necesario. Entendía Bach que sería deseable que los deportistas llegasen a Tokio vacunados, pero sin que eso implicase un trato prioritario respecto al resto de la población. Hay que tener en cuenta que en la cita olímpica se congregarían 15.000 deportistas de más de 200 países diferentes.
La opinión pública japonesa, otro factor a tener en cuenta
El tercer aspecto clave es lo que dice la opinión pública japonesa. Desde hace varios meses se han ido realizando encuestas entre la población para conocer el grado de aceptación hacia la celebración de los Juegos. Y si bien siempre el porcentaje contrario al evento ha sido importante, en la última encuesta realizada ya es definitivo. El 80% de los japoneses encuestados se mostraba en contra de la celebración de los Juegos, en el momento actual.
Y por último, aunque no menos importante, está el criterio económico. El presupuesto inicial de Tokio 2020 era de 7.300 millones de dólares, y esa cantidad se ha visto incrementada hasta los 16.000 millones actuales. De esa cantidad, los últimos 2.400 millones gastados han sido como consecuencia del primer aplazamiento. Esta cantidad de dinero se paga entre el COI, el Comité Olímpico japonés, el Gobierno y el Ayuntamiento de Tokio. Dinero que se rentabiliza fundamentalmente con la venta de los derechos de televisión, el turismo, la venta de entradas y el merchandising.
Si llega la cancelación, Tokyo tendría JJOO en 2032
El COI se ha apresurado hoy a emitir un comunicado para negar la información del Times pero este es el escenario real. Por cierto, si hay una cuestión clara, los Juegos solo podrían ser cancelados, nunca pospuestos otra vez. El único escenario posible para Tokio 2020 si llega la cancelación, sería asegurarse la celebración de los Juegos de 2032 para así paliar las pérdidas millonarias. Con los Juegos de 2024 otorgados a Paris, y los de 2028 a Los Ángeles, no existe otra solución.
Si habrá cancelación o no, no lo sabemos todavía, pero las consecuencias serían terribles. A todas estas hay que sumarle quizás las más importantes, las que sufrirían los deportistas. Muchos de ellos solo tendrían una oportunidad en su vida de participar en unos Juegos. Miles de horas de esfuerzo y trabajo que jamás se verían recompensadas. Por no hablar de las consecuencias económicas, no solo por el dinero invertido en la preparación para estos Juegos, si no por las becas que no ganarán tras la celebración de la cita olímpica.