El cantanrte ha afirmado que es muy intenso en sus emociones, tanto para querer como para sufrir, como para cantar. Asegura que la música le salvó de muchos psicólogos, porque la música le permite gritarle al viento y lanzar al mundo 'sus cosas'.
Nos cuenta que cuando llegó a los 14 años comenzó a cantar, y que se sentía extraño, porque los chicos de su edad no se interesaban por el flamento, preferían jugar al fútbol. Él en cambio prefería encerrarse en casa para cantar.