Granada 0 - 1 Real Madrid
Ancelotti se encargó de poner más atención al partido cuando volvió a decidir que Diego López sería otra vez el portero titular en Los Cármenes. Casillas en el banquillo, y un Madrid que jugó bien en el terreno de juego. Benzema firmó su segundo gol consecutivo y, junto con un gran Di María, puso la victoria por la mínima ante un buen Granada que apretó por momentos e hizo sufrir al Madrid al final.
Ancelotti volvió a sorprender a todos prácticamente una hora antes del choque cuando se anunciaba que Diego López volvía a ser el portero titular. "No jugará Casillas o Diego López, jugará el portero del Madrid", afirmó el técnico italiano en una rueda de prensa previa al partido de Los Cármenes. Según esas palabras, habría que dar por hecho entonces que Diego López es ya el portero del Madrid que desea el italiano.
Lo que es cierto es que el debate comienza a dar signos de agotamiento tras la nueva titularidad del gallego, que estuvo muy seguro y no dejó lugar a dudas en las pocas ocasiones que le llegaron. Casillas tendrá que pelear duro para cambiar una decisión de Ancelotti que parece más fija tras lo de Granada.
Portería aparte, el once de Ancelotti es digno de analizar. Hasta seis jugadores de corte ofensivo se plantaban en Granada con la sensación de querer ir a por el partido desde el principio. No defraudó el Madrid, que aunque asumió el riesgo en el centro del campo, apostó por el juego ofensivo y la asociación.
Una asociación que vive sus mejores días gracias a sus protagonistas. Modric, Özil, Cristiano, Benzema y un gran Di María, el mejor del Madrid en la primera mitad. Al argentino no le importan los rumores que le sitúan fuera del club blanco, pero viendo la primera parte del extremo blanco uno bien puede preguntarse por qué se querría desprender de él el Madrid.
Ya quisieran muchos clubes grandes de Europa tener su desequilibrio en ataque y su empeño en defensa. Si acaba saliendo, acabará dejando un partido de bonito recuerdo a la afición madridista, y si no se va, Ancelotti siempre tendrá un recurso futbolístico envidiable.
El ímpetu de Di María llegó a contagiar al Madrid. Junto con la magia de un Isco más pegado a Modric en el doble pivote imaginario y un gran Özil, este último más liberado, el argentino ideó un pase tan perfecto para el alemán en el 15' que el árbitro le tuvo que recordar que había acomodado y movido el balón con la mano antes de sacar la falta, por lo que se vio frustado un bello tanto de Özil, con vaselina incluida a Roberto.
El Granada, por su parte, tenía ganas al Madrid. Más que los que diseñaron los horarios de Liga o pensaron el precio para presenciar el encuentro, pues han dado lugar a que Los Cármenes luciera una entrada más pobre de la acostumbrada. Unas 16.000 personas vieron cómo su Granada salía al terreno de juego sin complejos, con una zaga segura, un Iturra y un Yebda siempre trabajadores, y unos Piti, Dani Benítez, Brahimi y El Arabi muy alegres en ataque.
Benzema y Di María comenzaron inquietando a Roberto, y el Madrid alargó su sombra en ataque. Los de Ancelotti se asociaron de manera brillante y Benzema puso el primer gol de la noche en el 10' con otro gran pase en largo de Di María, que Cristiano no alcanzó y sin querer dejó una bola perfecta a Benzema. El francés disparó sin problemas y firmó su segundo gol en dos partidos. Precisamente eso se espera de Benzema.
Solo El Arabi, sustituido por Riki en el descanso, logró recordar que Diego López, y no Casillas, era el portero presente en Los Cármenes. El delantero granadino aprovechó un fallo defensivo del Madrid en el minuto 19 y disparó al meta madridista, que realizó una gran parada.
En esa propia jugada, el Madrid volvía a salir a la contra, como en muchos momentos del partido. Rápido, fuerte, seguro y veloz, como en los viejos tiempos, como una de las buenas herencias que ha dejado Mourinho. Özil, Isco y Modric no tuvieron problemas en hacer funcionar las contras o el juego madridista con maestría, con pases que deleitaban y hacían parecer un contragolpe una obra de arte futbolística.
Quizás Cristiano Ronaldo emborronó un cuadro que podría haber sido más perfecto aún, ya que no estuvo acertado en el último golpeo del balón. No sería por su presencia y sus intentos, pero el portugués no tuvo su mejor día en el remate. Siempre bien, creando sensación de peligro, pero nada acertado en el último toque de un Madrid que jugó bien al fútbol. Ni Isco en el 61', ni el propio Cristiano otra vez en el 76', pudieron sobrepasar a Roberto.
Con El Arabi y Marcelo, este último por Nacho, fuera del terreno de juego, el partido se volvió algo loco en la segunda mitad. Contragolpe del Madrid y contragolpe del Granada, muy valiente, seguían sucediéndose en Los Cármenes, hasta que Ancelotti decidió poner cordura y asumir menos riesgo dando entrada a Casemiro por un Özil genial. Di María se retiraría después
Estrada Fernández y la afición de Los Cármenes adornaron la recta final del partido. El primero, con unas polémicas decisiones. El Granada pidió penalti de Casemiro a Buonanotte en el 84' pero el colegiado no señaló nada en lo que no pareció pena máxima. Antes de eso, en el 56', los andaluces también exigieron mano de Arbeloa en el área, pero la acción tampoco pareció digna de penalti.
El segundo, el público, porque volvió a corear 'Iker, Iker' en las últimas intervenciones de un buen Diego López. Y con los cánticos de Los Cármenes y un Granada más activo, con sufrimiento incluido de los de Ancelotti al final, acabó un partido que deja al Madrid con otros tres puntos en una salida complicada. Sufrió el Barça en Málaga y también el Madrid en Granada, pero los dos se acabaron llevando el triunfo.