Sabino Méndez: "Desaparecen los buenos ejemplos a seguir"
Nuestro sabio de domingo, Sabino Méndez, reflexiona en 'Por fin no es lunes' sobre la ejemplaridad. ¿Perjudica el vertiginosos ritmo vital a los buenos ejemplos?
Vivimos en una sociedad acelerada donde, cada día, decenas de noticias reemplazan a las anteriores sin siquiera permitir un tiempo prudencial de reflexión. Sabino Méndez, nuestro sabio de domingo, ha compartido su preocupación por el sino de los tiempos.
Es posible que esta aceleración que provoca el solapamiento constante de las noticias perjudique a lo que él ha denominado la "tradición de la ejemplaridad" porque, en efecto, aquello de los buenos ejemplos viene de antaño.
Vidas ejemplares
"Siempre han existido personas que son ejemplos para los demás en alguna especialidad y que sirven de estímulo para saber hasta dónde se puede llegar en algo", ha expuesto Sabino para, a continuación -valga la redundancia-, ejemplificar sus palabras.
"Las religiones fueron las primeras en estimular a sus feligreses mediante la publicación de hagiografías, y siglos después, los libros de vidas ejemplares vinieron a exponer paradigmas ejemplarizantes", ha manifestado el sabio.
Sea como fuere, Sabino ha explicado que la ejemplaridad ha llegado hasta nuestros días. "Depositamos unas expectativas parecidas en los ídolos del pop o en las estrellas del cine y del deporte", ha declarado sabiamente.
Sin embargo, lamentaba Sabino, "es posible que la actual sociedad de la información acabe con la ejemplaridad".
Ejemplaridad en extinción
Nuestro sabio de guardia ha explicado que a lo largo de la historia los buenos ejemplos han estimulado a los individuos admiradores a emular conductas en pro de determinadas actitudes consideradas ejemplares. Este proceso de emulación implica un tiempo de poso contra el que atenta el signo actual de los tiempos.
"La emulación siempre ha sido una manera generalmente aceptada de estimular a los demás, pero es posible que ese peso vaya desapareciendo conforme la sociedad se acelere", ha manifestado el sabio.
"La velocidad de la información hace que se difundan con más rapidez tanto los buenos como los malos ejemplos", a añadido no sin apuntar que "mientras que el mal ejemplo es un conjunto de carencias estrictamente individual que se renueva con rapidez, el impacto de los buenos ejemplos requiere de universalidad y, sobre todo, de tiempo".