El pasado jueves conocíamos la noticia de un cuadro que iba a ser subastado en La Casa Ansorena de Madrid. La puja arrancaba en 1.500 euros porque había sido atribuido al círculo del pintor español José Ribera. Pero la imagen del cuadro se difunde entre diferentes expertos y se siembra la duda sobre su autoría, pues la casa de subastas podría estar ante un Michelangelo Merisi da Caravaggio, un Caravaggio, ni más ni menos.
Rápidamente, la subasta se paraliza, porque aquel cuadro que se iba a pujar por un precio de entrada de 1.500 euros, podría revalorizarse y situarse a un precio de millones. Eso si finalmente se confirma la autoría. Pero ¿cómo es el proceso de atribuir un autor a un cuadro?
En Por Fin No Es Lunes hablamos con Benito Navarrete, catedrático de Historia del Arte y docente en la Universidad de Alcalá de Henares. El experto insiste insiste en la prudencia a la hora de atribuir una obra a un autor, porque el proceso es muy largo, intervienen estudios técnicos complementados con el ojo experto.
Navarrete insiste en la necesidad de ver el supuesto Caravaggio en directo antes de opinar y de complementar ese ojo experto con documentación histórica, además de utilizar los recursos técnicos como: radiografías, reflectología infrarroja, estudio de macrofotografía y análisis de pigmentos.
Los historiadores de arte están relativamente acostumbrados a los cambios en las atribuciones de autoría. Ha habido otros casos que, presentados como cuadros de escaso valor, se han convertido en auténticas obras de arte por este motivo.