Reyes Martel, la jueza de menores que impone condenas ejemplares
La justicia de menores incluye un programa de intervención educativo individualizado con el objetivo de que los condenados paguen por sus actos, pero también se corrijan las circunstancias que les llevan a ello.
Los delitos cometidos por menores han aumentado en los últimos años. Sólo en 2021, se produjeron más de 67.500 procedimientos abiertos contra menores. Y, ¿quién se encarga de “enderezar” a estos jóvenes? En España los menores que incumplen la ley no son castigados con penas, sino que reciben medidas judiciales. Jueces, fiscales, educadores, técnicos… diseñan medidas personalizadas destinadas a su reinserción.
Reyes Martel es una de las 82 jueces de menores que hay en España. Desde niña tuvo sentido de justicia. Ya en el colegio intentaba defender las causas injustas y en su casa siempre estuvieron presentes los valores de respeto. Quizá por eso tuvo clara su vocación. Estudió Derecho y tras pasar por distintas jurisdicciones, en diferentes provincias de España, regresó a su tierra. Desde entonces trabaja en el Juzgado de Menores número 1 de Las Palmas, donde impone sentencias ejemplares y cambia vidas.
Reyes también es la presidenta del proyecto UP2U (“Depende de ti”) una organización sin ánimo de lucro que promueve la integración social de los jóvenes que se han perdido en algún momento del camino.
"El 80% de los chicos y chicas que pasan por la justicia de menores o juvenil, continúan con su camino de manera adecuada, el buen camino", explica Martel mientras denuncia las dificultades que existen en la jurisdicción de menores, que van más allá de la falta de medios.
La justicia de menores aplica medidas judiciales enfocadas para que sean conscientes y aprendan a responder de sus actos: "tú la haces, tú la pagas". Además, contempla a la víctima que no es solamente la directa de un delito en concreto, sino la propia sociedad. Para ello, se requieren medios, actuación transversal y conciencia de la sociedad.
"En la justicia de menores enseñamos a pagar por lo que hacen, a interiorizar el dañopara que no lo vuelvan a repetir, pero también corregimos las circunstancias", cuenta Martel. Así, la medida judicial es un programa de intervención educativo individualizado para cada chico o chica, algo que varía mucho en cada caso. Si el engranaje no funciona a la perfección, las posibilidades de éxito disminuyen considerablemente.