Una profesora jubilada recoge firmas para acabar con los insultos en el Congreso: "¿Qué ejemplo dan a las nuevas generaciones?"
Los insultos y el tono dialéctico cada vez más rudo y bronco han convertido la sede de la soberanía popular en un auténtico ring político.
"Libertadora de violadores, acomplejada, inútil, imbécil, canalla, matón", son solo algunos de los descalificativos utilizados por sus señorías en el Congreso de los Diputados para desacreditar a sus adversarios políticos. Escenas como estas no han parado de crecer en los últimos años y sobre todo en las últimas semanas.
Los insultos y el tono dialéctico -cada vez más rudo y más bronco– han convertido la sede de la soberanía popular en un auténtico ring político. Y eso está acabando con la paciencia de los ciudadanos.
Rosa María Estevan es una profesora jubilada que, a sus 71 años, ha decidido tomar cartas en el asunto. Harta de los improperios y las acusaciones mal intencionadas en el Hemiciclo, ha puesto en marcha una recogida de firmas para acabar con los insultos. De momento, ya ha conseguido el apoyo de más de 80.000 personas. Además, se ha dedicado a estudiar cuáles son las normas que se deberían de cumplir en el Congreso para que sus señorías establezcan una relación adecuada.
¿Qué es lo que despertó en ella esa necesidad?
Reconoce que el pasado 24 de noviembre tomó la decisión de iniciar la campaña en Change.org: "Yo nunca había hecho esto, pero estaba tan indignada con los últimos acontecimientos, del tiempo que llevamos con esta dinámica en el Congreso y que se va incrementando, que decidí hacerlo".
Asegura que como educadora, le preocupa las consecuencias que esto puede tener en futuras generaciones: "Nosotros en las aulas nos preocupamos mucho de detectar estas actitudes y reprimirlas. No se puede vilipendiar, insultar, tratar al otro con agresividad. Nosotros intentamos inmediatamente modificarlas y estar al tanto, pero ¿qué pasa con los alumnos cuando salen a la sociedad? ¿Qué ejemplo están dando en el Congreso nuestros representantes?".
¿Cuál es su objetivo?
Afirma que ha estudiado el Reglamento del Congreso y que existe uno de 1982, muy antiguo y sin desarrollar, en el que hay puntos donde se puede ver que está reflejado el control de la convivencia en el Congreso, pero no es un instrumento válido a la hora de usarlo para poder regular la vida interna en el Hemiciclo.
Por eso, propone que llegue una proposición de iniciativa del Congreso. Para que esto se realice, ¿qué es necesario?:
- Que un diputado, con la firma de otros 14, lo proponga.
- Que un grupo parlamentario, con la sola firma de su portavoz, lo proponga.
"Yo he escrito a la Presidencia del Congreso, a todos los portavoces de los grupos con representación parlamentaria, a los partidos políticos y he recibido algunas respuestas", explica. Entre ellas, la de la Presidencia del Congreso, que agradece la iniciativa y reconoce el clima de crispación en el debate parlamentario.
"Me dice que en el ejercicio de sus funciones ha atendido de forma estricta la interpretación del reglamento de la Cámara y que ha hecho uso de los instrumentos a su alcance, que son pocos. ¿Qué ha incrementado? El llamamiento al decoro en el uso de la palabra y que en los discursos solemnes se manifiestan estas cosas", explica.
Reconoce que desde la Presidencia le remarcaron que la solución era que en virtud del Artículo 126 del Reglamento, se llevara a cabo esta proposición de ley, motivo por el que a Rosa María Estevan le gustaría que se llegara al momento de que alguien tomara la iniciativa e hiciera la propuesta.