Veva Seoane tiene 65 años y ha alcanzado el éxito en las redes sociales, concretamente en Instagram donde cada día sube un outfit consiguiendo miles de 'Me gusta'. Se ha convertido en todo un fenómeno y, aunque todo comenzó como una broma, ahora sí puede decir que se considera influencer.
Todo empezó por una apuesta. En el día de su 60 cumpleaños, una de sus primas la retó a hacerse influencer. "Tú a mí no me conoces", fue su respuesta. Al día siguiente, se abrió una cuenta en Instagram y desde entonces comparte sus looks. Lo mismo le da un vestido, que una falda, unos pantalones, una camisa o un jersey. Ella arrasa por donde pasa y, según sus propias palabras, "se puede ser estilosa midiendo lo que mido y siendo una abuelita".
"Con 65 años y siendo bajita, te cuesta mucho más tener estilo, pero yo siempre he vivido sonriendo y estirada y eso ha sido lo que me ha salvado. Siempre tengo que ir con tacones porque si no, no soy nadie", reconoce.
"Ante cualquier impertinencia, bloqueo"
Afirma que todos los sábados se prepara siete conjuntos y es su marido el que le hace las fotos que luego va subiendo cada día de la semana acompañadas de lo que ella llama "pareados chorras". Así comenzó hasta que una periodista a la que le gustó, hizo un artículo sobre ella y desde entonces, se ha "disparado".
Sobre cómo gestiona los comentarios desagradables en redes, lo tiene claro "cuando hay alguna impertinencia, bloqueo. Me encanta bloquear. Así no me hago malos rollos en la cabeza".
"Que tiren mis cenizas en un centro comercial"
Todos los outfits son "lowcost" y de "mercadillo", "ropa muy barata", aunque afirma que tiene "cosas más decentes: "Tengo mucha ropa, siempre me ha gustado y la mayor ilusión es estrenar algo". De hecho, lo tiene claro: "Si me muero, le tengo dicho a mis hijos que la mitad de mis cenizas las tiren en el pueblo donde veraneaba y la otra mitad, al centro comercial un sábado por la tarde".