Existe una desigualdad tanto en el acceso, como en el uso de internet, una brecha digital que se hace más profunda según cumplimos años. Datos de la Unión Democrática de Pensionistas muestran que tres de cada diez personas mayores afirma no poder hacer gestiones cotidianas, la realidad es que trámites que parecen sencillos se complican cuando implican un manejo digital. Parece que tendemos a digitalizarlo todo, incluso el dinero.
Los bancos no paran de cerrar oficinas y los mayores se sienten vulnerables ante esta situación. La idea de perder su independencia y el control de sus cuentas es cada vez más humillante. Carlos San Juan está cansado de esta situación y ha decidido frenar el dominio del "click" ante lo humano con una recogida de firmas en la plataforma Change.orgpara que vuelvan las personas a las sucursales bancarias.