Del sida a la polio, epidemias de otro tiempo: sólo en el 'primer mundo'
Mario Viciosa en 'Por fin no es lunes' habla de la noticia sobre la curación de una persona con VIH mediante el tratamiento con células madre y su carácter 'anecdótico' en los países del 'primer mundo'.
Esta semana hemos conocido la curación del tercer paciente con VIH gracias a un trasplante de células madre. Una terapia arriesgada y que no vale para la inmensa mayoría de infectados, que controlan al virus con los tratamientos disponibles. Gracias a los antirretrovirales, hemos dejado atrás la epidemia de sida, pero sólo en los países desarrollados del mundo. Lo mismo ocurre con otras enfermedades que nos parece cosa del pasado, pero que aún matan a millones de personas pobres. ¿Hemos dejado de prestar atención al sida, el cólera o la polio por enfermedades de países vulnerables?
Fue una noticia muy significativa porque el SIDA, hoy en día, según una de las científicas del equipo que ha conseguido la curación, María Salgado, no se puede hablar de curación porque en los países desarrollados es una cosa anecdótica, siempre dentro del drama de esta enfermedad. Aún así, La OMS nos lo recuerda en sus informes periódicos y las ONG que trabajan sobre el terreno de esta enfermedad que no hay curación todavía. El sida es la etapa final y mortífera de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana. Pero estos pacientes que se curan de VIH no llegan a desarrollar la enfermedad. Ni ellos, ni nadie en el primer mundo. El sida casi se ha erradicado es esta mitad del planeta que tiene acceso a tratamientos. Más aún en un país como España, con sanidad pública universal y gratuita. Aún así, más que en encontrar una cura para el sida, los esfuerzos de las farmacéuticas y las universidades se centran en una terapia inyectable que no implique tener que tomar pastillas todos los días. Que sea algo como un par de pinchazos al año o menos. Otra cosa es la de si los precios finales son justos o no, como con las vacunas. Ese es otro melón que con el VIH se saldó con victorias parciales de los países desfavorecidos con el tema de las patentes.
La gran asignatura pendiente del sida está en países como los del centro y sur de África. Un dato: cada cinco minutos fallece un niño por causas relacionadas con el sida. Apenas la mitad de ellos no tiene acceso a un tratamiento que le permitiría convivir con un virus con el que nacen. Casi 40 millones de personas conviven con el VIH en el mundo.
Prevención o cura
Digamos que estos son los ejes de las campañas internacionales. Como con otras infecciones, lo ideal lo primero es la prevención y luego no llegar a un estadio avanzado. Y en este sentido, los tres pacientes que, hasta la fecha, se han presentado como libres del virus suponen mucho pero son terapéuticamente insignificantes. Resulta de esta manera porque aunque ninguno de ellos había desarrollado sida, todos tenían cánceres de sangre con muy mal pronóstico. Es decir, VIH más un linfoma, por ejemplo. Entonces, se tienen que someter a un trasplante de células madre, e médula o de cordón umbilical pero no de un donante cualquiera, tiene que ser de un donante que tenga una extraña mutación que lo protege del VIH. La idea es que le dona no sólo las células que combatirán su cáncer, sino también ese superpoder contra el VIH.
La terapia sería para curar el cáncer. Esta, como último recurso, se usa cuando ya ha fallado todo antes con el linfoma, pero ya que tienes que hacer el trasplante (la mitad de las veces sale mal, por cierto), se intenta que se beneficien también de esa rara mutación de la naturaleza y que se libren de VIH. Más que nada porque, aparte del beneficio para el paciente, con estas cosas la ciencia avanza. Se trata de ver cómo funcionan los sistemas inmunes que están tocados y cómo las defensas naturales de un individuo, con cierta genética, pueden lidiar mejor contra ciertos patógenos. Pero, definitivamente, aquí no se está persiguiendo una cura para el sida. El sida se podría prácticamente dejar de lado con las herramientas que tenemos ya en el 'primer mundo'.
Enfermedades que se podrían haber erradicado
Por ejemplo, la polio. En España se dio por erradicado en 2002, aunque el último casi local fue en 1988. El problema es que de vez en cuando oímos de algún caso o de que dan positivo las aguas residuales, por ejemplo, en Londres. Aquí, lo que se ve es que no es la cepa original, es la versión atenuada del virus, la que estaba en la vacuna. ¿Qué significa eso? Que es gente a la que pusieron una versión muy antigua de esa vacuna sin reforzar, una vacuna que no era perfecta y, aunque ese virus vacunal difícilmente puede provocar daño, se corre el riesgo de que empezase a circular y, con el tiempo, mute y vuelva a hacer daño. La polio, nos parece lejana en el tiempo, pero poliomielitis sigue siendo endémica en Pakistán y Afganistán y han aparecido brotes tanto del virus salvaje (PVS) como de los derivados de la vacuna (PVDV) en países no endémicos. Malawi y Mozambique también han tenido brotes mientras estábamos con la crisis de la covid.
Vacunas universales como solución
En el caso de la polio, las vacunas actuales, mejoradas, no tienen ese riesgo de que pueda replicar el virus, aunque sea flojito. Las vacunas han sido la respuesta a las grandes epidemias del primer mundo.
En cuanto la viruela, que el año pasado nos dio un susto, cuando empezó a circular la del mono, quien estaba mejor protegido era quien ya tenía unos añitos porque todavía se ponía la vacuna. Y este es de los poquitos casos de éxito a nivel global, porque la viruela mala fue la primera infección erradicada de verdad, gracias a las vacunas. Pero no ocurre lo mismo con el sarampión porque, por ejemplo, más de 22 millones de bebés no ha recibido su primera dosis de la vacuna contra el sarampión. Y como con esta enfermedad, otras erradicables son la rubeola o las paperas. La primera no preocupa en países como España al contrario que las paperas. La inmunidad de las vacunas además cae sobre todo a partir de los 30 años.
La paradoja de la pandemia es que, mientras que las vacunas contra la covid se desarrollaron en tiempo récord y se desplegaron en la mayor campaña de vacunación de la historia, los programas de inmunización rutinarios se han visto muy tocados. Especialmente en los países menos favorecidos.