Judith González: "Llevarle al autor un libro sobado, desgastado, subrayado es, ante todo, un gran halago. Es señal de que se ha disfrutado"
Hoy Día Internacional del Libro nuestra colaboradora Judith González nos hablar de Literatura, Lengua y libros.
Con motivo de un viaje a Peñíscola, Judith visitó el Castillo y pudo ver una mini recreación de la biblioteca del Papa Benedicto XIII. Allí vio un baúl enorme para llevar libros ya que, por aquel entonces, los libros era muy grandes.
El libro en formato papel tiene un atractivo especial; charlas con tu librero y compras un ejemplar bonito con una edición cuidada. Las cubiertas pueden ser de tapa dura o blanda. Los pliegos que son "los conjuntivos de hojas de papel que componen el libro en sí y que hay que encolarlos o están cosidos al lomo que es la parte que vemos en la estantería." Si miramos dentro del lomo, justo en los extremos asoma una tela estrecha o un cordel que se denomina cabezada. "En origen, su función era que las hojas dentro se mantuvieran ajustadas, que no se escaparan ni por la parte superior ni por la interior pero hoy es un elemento estético." Dentro de las cubiertas están las guardas que son las hojas dobladas que unen esta parte exterior del libro con las hojas interiores. Y además hay libros que llevan solapas o aletas y también podemos ver un guardapolvo o sobrecubierta.
El libro electrónico tiene también "bondades"; el ahorro de peso y espacio. Ideal para viajar o para quienes trabajan con libros de forma permanente. Y también es útil para tomar notas de lectura ya que "puedes leer, subrayar y exportar esos fragmentos al ordenador para tenerlos disponibles".
Judith defiende que los libros son para leerlos y releerlos. Nos ha confesado que incluso "los maltrata". "Siempre he creído que llevar al autor un libro sobado, desgasto, subrayado... es un gran halago. Significa que se ha leído, requeteleído y disfrutado".