Un atajo... bondaodioso, retratero y maleborista
Uno de esos para darle reflejo a la sombra del ángulo muerto del retrovisor.
M A L D A D. Cualidad de malo, inclinación a hacer el mal, malicia, protervia, actuar en contra, vivir en favor del lado oscuro de la fuerza. Lo contrario de bondad, que no de gentileza o amabilidad, pues la maldad se sirve de los detalles facilones de protocolo para encajar. Se puede ser malo y agradable, mala y amable, malos y afables. Se puede ser y ser, pero la lógica y principio filosófico no nos permite ser y no ser como aquella anticuada cuestión. Hamletizados entonces, las premisas son Hobbes versus Rousseau, o si el sabio no va a Montesquieu, Montesquieu va al sabio.
A Montesquieu le debemos aquello de que las personas que tienen poco que hacer son, por lo común, muy habladoras; que cuanto más se piensa y obra, menos se habla; bueno, cuanto más se hace para bien, menos tiempo queda para hacer el mal o conspirar, que decía la hormiga castañera. Toda la sabiduría común parece que se nos ha ido por las ramas de la incredulidad, la inocencia mal atribuida o la creencia fabulosa de que el que tenemos al lado está sacado de una página de ESOPO. Luego llega el valor de la decepción, la sorpresa o el asombro con intuición. Todo prejuicio es inerte hacia el malvado, toda figuración previa se diluye con el manejo de la bondad. Y estimado Hobbes, no por ser lobo, soy malo por naturaleza, saber todos los atajos y ponerlos al servicio de un buen camino es más parecido a lo que pensaba Rousseau, pero con matices: el primero que lo del hombre es un lobo para el hombre no era tuyo, sino de Plauto y que existe la bondad inquebrantable. La que no sucumbe a los riesgos de Rousseau: la competencia, la envidia y la agresividad. Esa bondad es la de… ya saben a quién me refiero. Ustedes también la conocen.
La madre naturaleza, ahí se encuentra algo de consenso. La naturaleza humana contiene la potencia o facultad tanto de ser bueno como malo. Parece lógico cuando es demostrable que podemos ser buenos y malos dependiendo de… ¿El interés? ¿La convicción? ¿La empatía? ¿La superviviencia, como nos adelantaba Erich From?... Consensos y acuerdos, convivencia entre el bien y el mal. Y la cosa existencial que ya se servía en el banquete de Platón. Menudo menú filosófico el de hoy. Pero no indigesto. Peor deglución tiene lo de Lardero. Pua en alto Sabinolotodo ¿Es el mal reincidente? ¿Quién protege a quién del espíritu de Maquiavelo? Como yo a caperucita del rojo y su bondad. Último tralarito…
La bondad se manifiesta primero con el respeto. Se identifica sin nada a cambio. Se reconoce por el poder que ejerce alrededor. A la persona buena no se le repiten las cosas, se acuerda de lo que te prometió. La bondad es justa. La buena persona es un equilibrista, con las decisiones, buenas y malas, unas al lado de las otras las mismas que pondrán a prueba el gran hito de la naturaleza humana: la humildad.