Sabino Méndez: "Hay tres tipos de soledad: impuesta, deseada e inducida"
Sabino Méndez reflexiona sobre los tres tipos de soledad y sus connotaciones socioculturales así como de la importancia de expresar los matices de cada tipo por medio del lenguaje.
La Universidad de Valencia ha desarrollado una iniciativa para combatir la soledad no deseada de las personas mayores mediante una solución amigable e innovadora basada en Tecnologías Asistivas de Voz Multiplataforma. En concreto, el proyecto DIAL desarrollará una herramienta similar a la radio que actuará en el momento oportuno para combatir posibles momentos de soledad indeseada.
Frente a aquella soledad que conduce al pesimismo y a la autodestrucción, Sabino Méndez se postulaba a favor de esta iniciativa inspirada en la radio debido a que "durante el último medio siglo la radio se ha erigido como una verdadera herramienta para combatir la soledad", comentaba antes de apuntar: "te trae nuevas voces y, aunque nadie puede sustituir lo insustituible, la compañía que aporta sí que alivia el peso de una soledad no deseada".
Esta iniciativa que Méndez conoció a través de Onda Cero suscitaba la reflexión del colaborador que, finalmente, ha concluido que, del mismo modo en que existe una soledad calificada como "no deseada", habrá de existir un tipo de soledad que sí que es deseada: dos tipos de soledad que en consecuencia acarrean connotaciones negativas y positivas respectivamente.
Los tipos de soledad
Méndez apuntaba a la existencia fundamental de dos tipos de soledad cuyo impacto positivo o negativo dependería de la libertad personal. "Me di cuenta de que, al final, el que una cosa sea positiva o negativa solo depende de que sea elegida u obligada", declaraba. Así, la soledad no deseada podría causar estragos en quien la padece por el hecho de no haber decidido sufrirla, mientras que la soledad deseada -lo que el escritor Ramón Andrés llamaba 'no sufrir compañía'- podría acarrear grandes beneficios.
"Esa soledad elegida era la de los grandes místicos porque permitía acceder con más facilidad a la reflexión; era la llave para entrar con calma en la espiritualidad, para introducirse en la complejidad de la conciencia", explicaba Méndez.
Asimismo, Sabino Méndez extrapolaba esta cuestión al concepto de la compañía. "Con la compañía sucede lo mismo", explicaba antes de señalar que "la compañía impuesta de un vecino maleducado ruidosos o de un compañero de trabajo insoportable puede ser un infierno horroroso".
Riqueza lingüística
Méndez ha definido los dos tipos de soledad patentes hasta la fecha, pero apunta a la definición de un tercer tipo de soledad: la soledad inducida, un tipo de soledad derivada del boom digital y de las redes sociales que han propiciado la existencia de una "compañía virtual que no es real".
Precisamente por esta cuestión, Méndez apuesta por definir con palabras cada concepto, del mismo modo que sucede en otros idiomas, para aportar matices a sus significados, ya sean positivos o negativos.
"No tenemos una palabra para cada una de estas soledades, para la buena y para la mala; con una palabra lo despachamos todo porque en algún momento hemos connotado a la soledad como una cosa negativa", lamentaba argumentando que "necesitamos herramientas lingüísticas"