Las comunidades gobernadas por el PSOE se han convertido en una especie de ejército de Pancho Villa en el que cada uno hace la guerra por su cuenta ignorando las instrucciones del líder de no bajar impuestos: confirmado el descenso en la Comunidad Valenciana y en ciernes Aragón, Baleares, Extremadura y Castilla La Mancha. Lealtad si pero no hasta el punto de perder elecciones.
Claro que no podemos descartar que el Gobierno rechace hoy una política fiscal a la baja y mañana la apoye vehemente. Ya empezamos a detectar cambios de verdades hasta ahora inamovibles. El Gobierno, patrón de los funcionarios, les ha congelado (si no bajado el sueldo) con el argumento de que tenían el trabajo fijo y por tanto se les demandaba más esfuerzo que a los demás. Ahora, con dificultades económicas mucho más grandes, el ejecutivo baraja subirles un 3'5%. La explicación no es la economía. Es la fuerza de 3 millones y medio de votos que trabajan para las administraciones públicas .