Madrid | 12.01.2022 14:27
Alberto Garzón se ha convertido en la víctima propiciatoria de sus propios compañeros socialistas de Gobierno. Todas las inquinas pendientes hacia el ala de Podemos se vuelcan ahora en el ministro del Consumo cuya confianza en mantenerse en el cargo empieza a zozobrar, según reconocimiento propio.
Cierto que no habrá cambio de cuotas dentro del Ejecutivo. Un ministro de Podemos se sustituirá por otro. Pero eso no significa que Garzón no sea prescindible. Tan prescindible que la estrategia ahora no es afear sus declaraciones, que también. Es directamente ningunearle en su capacidad y sus competencias.