Monólogo de Alsina: "La sorpresa sería que Junqueras y compañía no estuvieran fuera de la cárcel antes del arranque de campaña"
¿Cómo están? Bienvenidos a una nueva mañana de radio. Del 30 de noviembre de 2017. Bienvenidos al invierno. En rigor empieza el día 21, como las elecciones catalanas, pero de aquí al domingo tenemos el aperitivo. La tiritona recorre de norte a sur España.
Bueno, esta vez no se ha escuchado ni una sola queja por la rapidez con que un juez ha citado a los imputados.
Esta vez, ni media ironía sobre la agilidad de la lenta justicia española cuando se lo propone.
La doble vara de medir. La historia de siempre.
Cuando la juez Lamela convocó de un día para otro a los investigados del gobierno catalán destituido —Puigdemont se acababa de largar— puso el independentismo el grito en el cielo: ¡cuánta prisa, señora!
Ahora que juez Llarena convoca de un día para otro a esos mismos investigados en el Supremo, ay, qué bien trabaja este juez, cuanto antes mejor, señoría.
No será una sorpresa si mañana se levanta la prisión preventiva de Junqueras y compañía. A estas alturas, la sorpresa ya sería que no sucediera. Desde que Carlos Lesmes, presidente del Supremo, adelantó en este programa el criterio favorable a juntar todos los sumarios sobre la presunta rebelión en uno solo —y por tanto, dejar en manos del juez Llarena la decisión sobre las medidas cautelares— viene esperándose que ocurra todo lo que, paso a paso, y en efecto, está ocurriendo.
• Recién asumida por el juez la instrucción de la causa, los abogados solicitaron declarar.
• Recién recibida la solicitud, el juez convocó a los imputados.
• Recién tomado testimonio mañana, lo previsible es que puedan abandonar la cárcel previo pago de una fianza.
Éste es el pronóstico para los próximos días: todos a la calle antes de que empiece la campaña electoral. Traducido: antes de la noche del martes. A tiempo para pegar carteles. Los abogados están convencidos de que eso es lo que va a suceder. Sus defendidos harán, y dirán, lo que ya hizo, y dijo, Forcadell y correrán la misma suerte que ella. Han abierto camino con esto del acatamiento del 155 —qué remedio les queda— y ahora confían en persuadir al juez de que ni van a fugarse ni van a ser un obstáculo a la instrucción de la causa. De esto se tratan las medidas cautelares. La cuestión no es si acatan aunque discrepen y todo eso, la cuestión es si el juez está convencido de que no se van a largar a Bruselas.
Como Puigdemont, que pretende hacerse presente el sábado en su pueblo de Girona para mitinear también él. Pero a través de una pantalla de televisión. Poca novedad: desde que se fugó a Flandes está más presente que nunca en los medios públicos catalanes. El siete le están organizando una manifestación de fans en Bruselas, aunque parece que la cosa flojea. La ANC pensaba llenar once vuelos y sólo ha confirmado cinco. Por 420 boniatos te llevan a la nueva patria puigdemónica y te traen de vuelta. Del autobús y el bocadillo al avión charter y ya te buscas tú la vida para comer que se nos ha quedado la caja de resistencia en las raspas. La caja, y la resistencia.
En fin, a Jordi Sánchez también le va quedando menos para abandonar la prisión. En esta etapa del procedimiento, ojo. Porque en esta fase no se juzgan culpabilidades —eso aún no toca—. Se valoran indicios y se asegura que la instrucción judicial llegue a buen término. Si acaban todos ellos procesados —y es probable que así sea— y en un juicio se les condena, ya se verá si regresan a la cárcel.
Está Dante Fachín, el podemos que dejó de serlo al cabo de dos años haciendo méritos para agradar al partido que de verdad le gusta, que es Esquerra, está Fachín entusiasmado con el Tribunal Constitucional, créanselo. Esta vez sí. Como ocurre cada vez que el Tribunal dice lo que a él le gusta y le quita la razón al gobierno. La doble vara. La historia interminable.
Está tan contento de que este órgano político sumiso al PP y deslegitimado para los catalanes (les ahorro el resto de la salmodia) haya declarado constitucional la reforma del reglamento del Parlament que impuso el rodillo independentista que ha intentado chotearse en twitter de Joan Coscubiela, su ex compañero de bancada que fue beligerante contra el abuso de poder del rodillo. Se la tenía guardada Fachín, que se ha dejado a sí mismo por rencoroso.
Bueno, es verdad. El Constitucional avala la reforma del reglamento y rechaza los argumentos del gobierno central (a ver si no es tan gubernamental como dice la propaganda puigdemoníaca).
Lo que pasa es que la sentencia dice algo más. El nuevo reglamento es válido porque expresamente no impide que los grupos parlamentarios enmienden los proyectos presentados por la vía express. Lo inconstitucional, dice el TC, es que se privara de esa facultad a los grupos por norma. El reglamento, en efecto, dejaba la puerta abierta a que hubiera enmiendas. Lo que ocurrió es que el rodilllo independentista, con el aplauso de Fachín, se ocupó de cerrarla. Llegado el pleno aquel de septiembre, convocado para aprobar las dos leyes inconstitucionales, el rodillo dijo que ni debate ni enmiendas ni gaitas. Con Forcadell a la cabeza del asalto, la oposición vio cómo sus derechos políticos se esfumaban.
• Violentamos el reglamento, dijo Santi Vila en su primer ejercicio de contrición.
• Lo forzamos, dijo después Joan Tardá.
Que, por cierto, se disculpó ayer en Twitter con los socialistas catalanes por llamarles fachas. En rigor lo que dijo es que eran más fachas aún que los del PP. Con éstos, que se sepa, no se ha disculpado nadie.
Miquel Iceta ha cosechado un primer triunfo. La campaña electoral gira en torno a él, sus fichajes, sus opciones y sus propuestas.
Aunque sea para cosechar, a la vez, críticas de Ciudadanos y de los barones socialistas por pretender que se le perdone una parte de la deuda a Cataluña.
El recelo de los presidentes autonómicos (y presidentas) al posible trato deferente a Cataluña para intentar desinflar el ansia independentista es, cada día que pasa, más notorio. Sólo unas horas después de que el PSC propusiera la quita para Cataluña abrió camino en este programa Javier Fernández, el presidente de Asturias.
Y le siguieron la consejera extremeña y el portavoz del gobierno de Andalucía. Ninguno en contra de que el Estado perdone lo debido. Todos a favor de que, si lo hace, sea para todos.
Añaden los barones socialistas un mensaje para Rajoy y otro para Pedro Sánchez. El de Rajoy, que negociación de la nueva financiación va a ser dura. El de Sánchez, que aunque él dirija el partido esto no se va a decidir en Ferraz.
En los tiempos de la recesión, año 2012, cuando Artur Mas viajaba a la Moncloa tratando de reeditar con Rajoy aquella camaradería pastelera que antes tuvo con Zapatero, el presidente le dijo no al pacto fiscal y los demás presidentes autonómicos se quedaron tranquilos. Pero ahora la recesión ya pasó, ahora la economía crece, y ahora el precedente del cupo les tiene a todos en guardia. A los que no son del PP (la mayoría) y a los que sí lo son y han avisado ya de que no tragarán con cualquier cosa.