La guerra, sostenida en gran parte con soldados de reemplazo, da pie a revueltas como la Semana Trágica Catalana. Tras la creación del Protectorado en 1912, España asume el encargo de gestionar un área que va desde la costa atlántica hasta la zona de Melilla. A esta ciudad llega en 1920, como comandante general, Manuel Fernández Silvestre. Tiene la firme intención de pacificar, de una vez por todas, a las belicosas cabilas del Rif. Su plan para avanzar hasta la Bahía de Alhucemas tiene como punto clave Annual, un campamento ubicado en una zona abrupta y de difícil acceso que es ocupado en enero de 1921.