Fernando Ónega dice que puede entender que las restricciones a los desplazamientos para extranjeros sean diferentes a las de los españoles para moverse dentro de España desde el punto de vista económico pero no sanitario ni humano. "Roza la crueldad que un francés pueda venir a Madrid a hacer turismo de juerga y un hijo no pueda pasar de Ribadeo a Vegadeo a ver a su madre".
Ónega piensa que "desde el Gobierno se dio una explicación chusca y se alegó que no solo los alemanes pueden viajar a Baleares, sino que los españoles pueden viajar a Alemania, es decir, que al virus no solo se le da billete de ida, sino de vuelta".