Fernando Ónega: "Pablo Casado es el único líder capaz de ordenar un discurso de una hora, coherente y sin papeles"
Fernando Ónega hace un repaso de los tres años de Pablo Casado como presidente del Partido Popular.
Madrid | 20.07.2021 07:56 (Publicado 20.07.2021 07:54)
No será este cronista quien amargue la euforia del PP a la vista de las encuestas. Casi todas las privadas le atribuyen la victoria y tiene escenarios de fortaleza: Galicia, Madrid, Andalucía (quien lo iba a decir hace años) y Castilla y León. Dato más positivo: donde gobierna, al PP le va bien. Agujeros negros, Cataluña y País Vasco, grave carencia que hace plantear si puede gobernar España un partido que solo es testimonial donde se juega la integridad nacional.
Si aproximo la luz al propio Casado, digo: mantuvo el partido unido, lo cual no es poco en la derecha española. Es trabajador, casi diría esclavo, y nadie le puede acusar de desidia ni abulia. Es el único líder capaz de ordenar un discurso de una hora, coherente y sin papeles. Si a esa lucidez le quitase grados de exaltación y le añadiese toques de ironía, rozaría la perfección. Como figura decisiva de la oposición, echo en falta la contundencia del dato y le sobra descalificación verbal. La bronca se convierte en hojarasca que oculta el argumento. Y eso se hace enfermizo en las campañas electorales: en vez de prometer el paraíso como todos, parece portavoz del apocalipsis.
Resumen: para el PP no fueron tres años perdidos ni mucho menos. Para él ha sido un periodo de consolidación. Barrió la competencia interna. Tiene madera de líder que necesita seguirse puliendo. Y el fracaso corregible es que, con la que está cayendo, Casado y su partido no sean llamados por aclamación popular.