Madrid | 21.12.2021 07:42
Pues si el PP, en vez de ganar, pierde el gobierno de Castilla y León, el veredicto del pueblo llano será este: Mañueco y Casado hicieron un pan como unas tortas.
Y miren: cuando se abren las urnas, todo puede ocurrir; incluso que, ganando Mañueco, no consiga gobernar. O lo más hilarante: que, habiendo despedido a Ciudadanos a gorrazos, lo vuelva a necesitar el 14 de febrero, Día de San Valentín. Como esto es lo más improbable, me ciño a la pregunta.
Detrás de lo ocurrido ayer hay una estrategia de largo alcance. Esa estrategia busca seis objetivos:
1) Abrir un ciclo electoral que comienza en Castilla y León y seguirá por Andalucía.
2) Repetir en ambas el éxito de Díaz Ayuso en Madrid.
3) Presentarse ante el electorado como ganador con dos victorias consecutivas.
4) Dejar al PSOE con la imagen de partido que empieza a perder y al que solo hay que dar un empujoncito final para echarlo de Moncloa.
5) Precipitar el calendario para que la fuerza política que se prepara en la España Vacía no tenga tiempo de organizarse.
6) Dar el golpe de gracia a Ciudadanos de acuerdo con la estrategia de hundirlo y quedarse con sus votos.
Sobre el papel, diseño perfecto. El problema es que un PP enfrentado a todos, necesita la mayoría absoluta o dar poder al Vox que quiere combatir. Y, si la estrategia falla, el derrotado no será solo Fernández Mañueco; será el señor Casado y todo su equipo: un pan como unas tortas. Por no decir como unas hostias.