EN MÁS DE UNO

Rubén Amón indulta a los enmascarados: "No nos fiamos ni de Sánchez, ni de los expertos, ni del virus"

Rubén Amón indulta en Más de uno a aquellos ciudadanos que, a pesar de ya no ser obligatorio, siguen usando la mascarilla en los exteriores.

Rubén Amón

Madrid | 07.07.2021 09:59

Procedo al indulto de los ciudadanos que se resisten a despojarse de la mascarilla en los lugares públicos. Pedro Sánchez nos dispensó de llevarla puesta el 26 de junio, pero llama la atención la resistencia general al desenmascaramiento. Quizá para rebelarse al propio Sánchez. Y al paternalismo con que se desempeña en los pasajes más favorables de la crisis sanitaria. Pedro nos vacuna. Pedro nos anima a mostrar el rostro.

No nos fiamos. Ni de Sánchez, ni de los expertos ni mucho menos del virus, no digamos cuando se entrecruza en nuestro camino un grupo de adolescentes. Observamos en ellos la reencarnación del mal. Y cruzamos de acera como si fueran zombies. Y nos ajustamos la mascarilla entre el escrúpulo sanitario y la superstición.

Se diría que la afinidad de los humanos a las costumbres adquiridas remarca las disciplinas incorregibles. Y tiene sus cualidades la mascarilla. No ya como muro psicológico a los contagios, sino como garantía del anonimato. La mascarilla nos ha traído el redescubrimiento del pudor. Ha dado un cierto misterio a nuestros rostros. Y ha resultado incluso providencial para los misántropos y los sociópatas.

La llevaremos con nosotros, la mascarilla, mucho tiempo, como el cargador del móvil o el cepillo de dientes. Y hasta nos terminaremos olvidando para qué servía. Vivir embozado es una forma de rebeldía. Y un desafío a la tecnología de la identificación facial con que muchos regímenes democráticos y no democráticos aspiran a quedarse con nuestra cara.