Marta García Aller: "Una política fiscal inverosímil, una mala gestión del partido y una lechuga"
Marta García Aller comenta la dimisión de la primera ministra británica Liz Truss y el exitoso meme de la lechuga, que es ya un icono del humor británico.
La primera ministra Liz Truss ha dimitido tras 44 días de los que dice el Financial Times que seguramente le han sobrado la mitad. Y tras unas semanas de caos sin precedentes en Westminster y mientras la economía británica se tambalea y los conservadores británicos tienen que elegir a su tercer primer ministro en dos meses, allí todo el país hablaba de una lechuga. No una lechuga cualquiera.
La lechuga que un tabloide apostó hace apenas una semana que sobreviviría lozana más tiempo que la primera ministra. Efectivamente lo consiguió. Al séptimo día, Truss dimitió. Unos 20.000 británicos que no saben si van a poder pagar la hipoteca como el Banco de Inglaterra siga subiendo los tipos para estabilizar la libra, estaban viendo, en riguroso directo, la retransmisión absurda de una lechuga con peluca en el momento en el que Liz Truss dimitía. Es muy difícil sobrevivir al caos de los mercados, pero imposible ser tomada en serio tras un meme tan exitoso (y ridículo).
Al final, Liz Truss ha hecho historia por todas las razones equivocadas. Una política fiscal inverosímil, una mala gestión del partido y una lechuga. Una lechuga que es ya un icono del humor británico, pero también un símbolo insospechado de normalidad democrática. La de un país que en sus horas más bajas ve tambalearse su economía y bromea con una lechuga en streaming, mientras el partido conservador se termina de desmoronar y los laboristas se disparan en las encuestas.
Habrá un nuevo primer ministro conservador el próximo viernes a más tardar. Ni siquiera es descartable que sea Boris Johnson. Normal que exista una duda razonable de que los conservadores puedan encontrar realmente un candidato que dé estabilidad al país si no han sido capaces de elegir uno que dé estabilidad al partido.
La próxima carrera ya no es entre una primera ministra y una lechuga, el sucesor de Truss contra quien va a tener que competir es contra la urgencia de convocar elecciones. Y contra el caos en los mercados. Y ahí sí que no solo se la juegan los conservadores, se la juega el país entero.
¿Moraleja?
Como Liz Truss se dio a la fuga, al final ha ganado la lechuga.