OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "¿Y si Puigdemont se planta en España?"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre cuál será la actitud del Gobierno si Carles Puigdemont viene a España.

Carlos Alsina

Madrid | 11.06.2021 09:41

Once de junio. Estamos en el día grande de los futboleros que, ayunos de Liga y de Champions suspiraban porque llegara de una vez la Eurocopa. Un año esperándola. A las nueve, en el Olímpico de Roma, Turquía-Italia. Y a las diez de la mañana, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, España-Enfermeros del Ejército, o sea, que por fin recibirán la vacuna los jugadores de la selección de manos de las Fuerzas Armadas.

Tras el folloncito de ayer, con los médicos de la selección explicando que, dadas las fechas, o Sanidad les ponía la Janssen o mejor lo dejábamos, a última hora de la tarde comunicó la Federación que al final le pondrán a cada jugador la que mejor le venga, dependiendo de si ya pasaron la enfermedad, si les pusieron ya una dosis por ser olímpicos o si no les habían puesto nada. Fin del serial y fin del espectáculo (penoso) que se ha producido esta semana.

"La sombra de Puigdemont se extiende amenazante sobre la Moncloa"

Estamos en vísperas del fin de semana en que Sánchez confía en jubilar a Susana Díaz, en que Podemos cumplirá con lo que Pablo Iglesias dejó atado y bien atado coronando a Ione Belarra y en que la plaza de Colón acogerá una manifestación contra los indultos. Y la sombra de Carles Puigdemont se extiende amenazante sobre la Moncloa.

Una hipótesis causa ahora mismo desasosiego: qué sucede si Puigdemont, que mucho afán de concordia nunca ha demostrado y ahora que le han restaurado la inmunidad como eurodiputado, se sube a un avión en Bruselas y se planta en Barcelona. Está en vigor la orden de detención en España: si pisa nuestro país, la policía tiene que ponerle a disposición de la Justicia. Pero es un eurodiputado con inmunidad (aunque sea provisional) y detenerle provocaría un nuevo lío (lío gordo) con el Parlamento Europeo.

Puigdemont sabe que está en su mano dinamitar la hoja de ruta que han pactado Sánchez y Esquerra Republicana

Si Puigdemont no ha dado hasta ahora este paso es porque sus abogados le recomiendan que no se arriesgue, no vaya a terminar en prisión, pero... la tentación de plantarse aquí y provocar un terremoto político el prófugo la tiene. Porque sabe que está su mano dinamitar la hoja de ruta que han pactado Sánchez y Esquerra Republicana. Te plantas en España, te detienen, y ya me dirás en qué estado queda la mesa de negociación, si tendría que salir Esquerra a dar la cara por el detenido y a endurecer el verbo contra el gobierno represor que lo permite.

Ahora que Junqueras ya ha sido rehabilitado, de facto, por el gobierno; ahora que Sánchez ha completado su exposición sobre la utilidad pública que tiene el perdón para la convivencia y la concordia... llega la siguiente pantalla, que es Puigdemont. El líder de la revuelta de 2017 que, como venimos recordando aquí, está sin juzgar. Elemento que el gobierno prefiere que no se recuerde mucho porque queda raro empezar a perdonar ya a quienes delinquieron cuando aquel que los lideró aún no ha puesto un pie en el juzgado.

"¿Qué posición tiene el gobierno de España respecto a la detención de Puigdemont?"

¿Qué posición tiene el gobierno de España respecto de la detención de Puigdemont? Pues no tiene. O a falta de una, tiene dos. La de la parte socialista es que, por supuesto, hay que llevarle a juicio. Que una cosa es Junqueras, ya en prisión, y otra el prófugo.

La de la parte morada es que en qué cabeza cabe que, estando por el diálogo, se le detenga. Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales.

A ver: la líder de Podemos puede opinar ---claro que puede--- que la denuncia de la fiscalía en 2017 fue un error, que el juicio del Supremo no debería haber existido, que nadie debería haber actuado judicialmente contra los gobernantes autonómicos que arremetieron contra la Constitución y el Estatut. La líder de Podemos puede anhelar que Puigdemont se siente en la mesa de negociación con el gobierno al que ella misma pertenece porque le considera un exiliado y un perseguido. Pero que una ministra del gobierno de España abogue porque no se cumplan las órdenes judiciales que están en vigor va más allá de las opiniones que ella tenga. Por más que le disguste la acción judicial, cumplir las órdenes judiciales no es opcional por muy ministra que seas. O precisamente cuando lo eres.

Que una ministra del gobierno abogue porque no se cumplan las órdenes judiciales que están en vigor va más allá de las opiniones que ella tenga

¿Qué hacemos con Puigdemont? Tiene razón Ábalos en que su situación no es la de Junqueras. Pero cuando el argumento que estás dando para el perdón es que hay que apostar por el diálogo y dejar atrás el castigo y la vía judicial, es natural que se te pregunte por qué dialogar con Junqueras y no con Puigdemont. O planteado de otra forma, si el diálogo y la negociación es con el independentismo o sólo con Esquerra Republicana. Porque Junts ya escuchamos ayer en lo que está. Hacer fracasar la negociación para usarlo como coartada de una nueva arremetida.

"Junts está por hacer fracasar la negociación para usarlo como coartada de una nueva arremetida"

La señora Nogueras, delegada de Puigdemont en las Cortes españolas, dejó patente ayer en este programa qué significa para su jefe el diálogo: o la negociación concluye con el Estado rendido a las exigencias independentistas o no vale la negociación. Lo de siempre: exigir lo imposible para poder proclamar luego que siempre les dicen que no.