OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Presidente animador y entrevistador"

Carlos Alsina analiza en su monólogo de 'Más de uno' el debut como presentador de televisión de Pedro Sánchez en el que tuvo como invitados a sus ministros. Además, asegura que el PP está tratando de inventar un argumento que explique por qué pacta en algunos sitios con Vox y en otros no.

Carlos Alsina

Madrid | 22.06.2023 08:32

Tiembla Wyoming. Tiembla Pablo Motos. Tiembla Broncano. Temblad, presentadores-animadores de programas de televisión con actualidad, humor y entrevistas. Quizá, solo quizá, el 23 de julio los votantes jubilen el gobierno de coalición de Pedro Sánchez ---quizá---, pero si eso sucede, el presidente ya se está trabajando su próximo empleo. Presentador de televisión. Algo se notó en El Intermedio de anteanoche. La soltura con que se manejaba en el plató, 'como Pedro por su casa' dijo él mismo, y las alusiones a los muchos años que cumple ya Wyoming, quien sabe si sugiriendo que ha llegado, José Miguel, la hora del relevo.

Encantado de hacer bromas, de dirigirse al público y de mostrar su faceta más farandulera. Tiemble Nuria Roca. Tiembla, Eva Soriano. Temblad, hormigas. Porque el día siguiente a tratar de tú a tú a Wyoming debutó el presidente con programa propio. Se emite desde los estudios centrales del PSOE en Madrid y tiene un trabajo de producción impresionante, porque consiste en que el presidente-presentador se enfrenta al desafío de entrevistar a algunas de las personas más esquivas del planeta, los entrevistados que todo el mundo ha soñado con tener en sus programas y que sólo Sánchez es capaz de sentar en su plató.

El ministro Escrivá fue el primer invitado de La pre-sistencia. Que esto es empezar poniéndose el listón alto. ¡Un ministro! ¡Y de los que se enfada! Dices: bah, qué fácil, tener a un ministro cuando tú eres el presidente. Pues no te equivoques. No hay nada más difícil que entrevistar a un subordinado sin que se perciba en el lenguaje no verbal de éste ---sus gestos, sus miradas, su forma de sentarse --- que se siente como res estabulada y obligada a tener contento al que manda. La figura del entrevistado-subalterno es muy sufrida. No te digo ya si el presidente-entrevistador te hace preguntas de pillar. Cómo '¿no es más cierto que creamos más empleo que nadie y gobernamos mucho mejor que Feijóo?' Eh, y con público en directo. Público formado por otros ministros y subalternos. Dices: público cautivo. Bueno, sí, pero público.

Un acierto del presidente robarle tiempo a la gobernación del país para dedicárselo al entretenimiento

El primer programa fue magnífico. Un acierto del presidente robarle tiempo a la gobernación del país para dedicárselo al entretenimiento. Si tuviera que ponerle una pega, quizá demasiado formales las preguntas, ¿no? Podría haberle planteado el presidente al ministro Escrivá alguna cuestión más personal, como la que a él le formuló Wyoming.

Imagina la cara que habría puesto Escrivá ante una pregunta como ésa. Habría sacado un gráfico hecho por él mismo sobre los pros y contras de cada tipo de calzoncillo.

Bueno, a mí me parece un formato ganador. Dices: pues no será para ganar las elecciones. No, las elecciones no. Pero te ganas un futuro. En el sector audiovisual del grupo Psoe-media. Y además, demuestras que hay vida más allá de la política, que eso es importante. Aunque quedes como imitador de Pablo Iglesias, que es quien abrió este camino. Iglesias fue primero vicepresidente del Gobierno de España, después presidente frustrado de la Comunidad de Madrid y más tarde presentador de un programa de radio grabado ---ahora lo llaman podcast---. Y fue tal su éxito que se fichó a sí mismo como antorcha viva de un nuevo canalito de youtube. Eso es talento. Y aptitud para reinventarse. Que otra cosa, pero si algo ha demostrado el presidente en estos cinco años es que sabe reinventarse. Reinventarse él y reinventar la realidad.

En Casa Feijóo están volcados en la tarea de inventarse un argumento que explique los pactos- no pactos con Vox

En Casa Feijóo están volcados en la tarea de inventarse un argumento que permita demostrar que el pacto express con Vox en la Comunidad Valenciana y el no-pacto en Extremadura son fruto de aplicar en los dos sitios el mismo criterio. No le arriendo la ganancia al departamento de fantasía y camuflaje del partido. Feijóo se esforzó ayer en explicar lo de acuerdo que está con María Guardiola, la líder del PP extremeño, en haber cerrado las puertas del gobierno autonómico a Vox. Sólo que para hacerlo, sin dejar de celebrar también que Mazón se haya abierto en canal a Vox en la Comunidad Valenciana distorsionó sin pudor el argumento de Guardiola.

De todo esto que dijo Feijóo lo único que coincide con lo que ha explicado Guardiola es que Vox tiene cinco escaños en el Parlamento extremeño. Todo lo demás será la razón que se le ocurre a Feijóo, pero no la que dio Guardiola. Que fue nítida: no puede gobernar, o cogobernar, quien deshumaniza al inmigrante, relativiza la violencia machista o entierra la bandera LGTBI. Punto. Y aunque tenga cinco diputados, y en contra de lo que dice Feijóo, sí puede presidir el parlamento porque justo eso es lo que Guardiola le habría ofrecido a Vox, la presidencia. Y un senador autonómico.

Han pasado veinticinco días de las elecciones de mayo y aún está enredado el PP en su criterio, falta de criterio o multiplicidad de criterios, sobre cuándo está justificado encamarse con Vox y cuándo no.

Entretanto, hoy se constituyen los Parlamentos de La Rioja ---manos libres para Capellán, del PP, mayoría absoluta---, de Cantabria ---gobierno para Sáenz de Buruaga, del PP (María José, no Ernesto), de la mano de Revilla---, y de Castilla La Mancha (mayoría absoluta del socialista menos sanchista, que es García Page). En estas tres regiones ya está hecho quién va a gobernar. A diferencia de Extremadura, donde Guillermo Fernández Vara recorre el camino inverso a los políticos que se van buscando otro empleo y no sólo aparca, por ahora, su regreso a la medicina forense sino que se pone a la tarea de intentar desfibrilarse a sí mismo. Concurrirá a la investidura sabiendo que la tiene perdida pero poniendo en marcha esto que Sánchez llamó una vez el reloj de la democracia. Es decir, la cuenta atrás para unas nuevas elecciones. Y retando al PP a probar, absteniéndose, que se cree de verdad eso de que lo suyo es que gobierne la lista más votada. Porque en Extremadura, y aunque sea por los pelos, el más votado ha sido él.

Vídeo del Monólogo de Carlos Alsina