OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "No es Milei, es Meloni"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la campaña para las elecciones europeas que Pedro Sánchez plantea en torno al peligro de la ultraderecha, mientras Von der Leyen abre la mano a entenderse con los partidos de extrema derecha.

Carlos Alsina

Madrid |

Que cómo está España, nos ha preguntado Tezanos a los españoles. Y le sale que la situación política le parece entre mala y muy mala al 74% de los ciudadanos. (Tres de cuatro). ¿Y la situación económica? Entre mala y muy mala al 55%.

Pregunta el CIS: pero, comparado con cómo estábamos hace cinco años, entiéndame, cuando empezó a gobernar el jefe de Tezanos, qué, ¿estamos mejor, le parece? 65%: estamos entre peor y mucho peor. 17% estamos como estábamos. Bueno, pero, ¿económicamente? Cinco años después, acuérdese, que estaba Rajoy. 50% dice que estamos entre peor y mucho peor. 17%, que estamos como estábamos.

No trasciende lo del cohete en la percepción de los ciudadanos

Eso va a ser. Que no trasciende. Porque la gente está intoxicada con los bulos y la desinformación y los medios no hablan de lo que hay que hablar, que es del PIB (el total, no el per cápita) y de la posición de liderazgo que tenemos entre las principales economías de la zona euro. A ver si nos vamos enterando. El dato más revelador siempre de la encuesta del CIS es la desmemoria crónica de los votantes del PP. Oiga, ciudadano, usted a quién votó hace un año. El 26% recuerda haber votado al PP. En realidad, le votó el 33%. Hay un 7% de desmemoriados. O de votantes que han preferido olvidar lo que eligieron.

Claramente gana el PSOE, según Tezanos

El aperitivo de esta campaña electoral que empezó anoche, y que es la cuarta ya de este año electoralísimo, ha sido el cálculo perfectamente imparcial y exquisitamente profesional que hace Tezanos y que le lleva a estimar que claramente gana el PSOE. Claramente.

Cinco puntos por delante del PP y hasta cinco escaños. Ole, ole. Ahí está Tezanos: ¿no es un plebiscito sobre Pedro Sánchez? Pues toma Sánchez. Pedro, Pedro, nuestro rey. No podrá sacar adelante ni la ley del suelo, ni la ley contra el proxenetismo, ni los Presupuestos Generales del Estado. Andará criticando al PP que le deje tirado en las votaciones cuando quien le está abriendo un agujero es Yolanda Díaz. Pero el nueve de junio, según el CIS, se consagra.

Ahí está Tezanos: ¿no es un plebiscito sobre Pedro Sánchez? Pues toma Sánchez

Ojo, Partido Popular, con reírse de las cuentas del sociólogo-jefe porque en 2019 no estuvo muy desnortado. No tanto, desde luego, como en los cinco años siguientes. Se cumple un año del cálculo aquel que hizo sobre las autonómicas según el cual la izquierda salvaba el gobierno de todas las regiones en las que gobernaba y hasta había opción de cambio en Madrid. Luego lo que pasó es que el Ayuso sacó mayoría absoluta y la izquierda perdió el poder en todas las regiones menos Navarra, Asturias y Castilla La Mancha. Un éxito sin precedentes.

¿Por qué el Estado pregunta qué vamos a votar?

En realidad, la pregunta que alguna vez habría que hacerse no es si Tezanos acierta mucho o acierta poco, o si barre para casa todo lo que puede. La pregunta pendiente es por qué el Estado tiene que andar preguntando a los ciudadanos a quién piensan votar. ¿No puede esperar a ver a quién han votado y punto? Que hagan encuestas los medios para informar a su público de cómo sopla el viento tiene sentido. Que se paguen encuestas los partidos para medir cómo les está yendo tiene sentido. Pero, ¿qué sentido tiene que la administración se ocupe de preguntarnos el voto y hacer cálculos? ¿Para qué?

Más allá del entretenimiento, la demoscopia electoral gubernamental, ¿qué justificación tiene?

En las tertulias nos entretenemos con las cosas de Tezanos y su cocina milagrosa, pero más allá del entretenimiento, la demoscopia electoral gubernamental, ¿qué justificación tiene?

Milei no se presenta a las elecciones europeas

A las elecciones europeas no se presenta Javier Milei, conviene aclararlo, pero sí se presentan algunos de los gobernantes a los que el nuestro, Sánchez, sitúa en la internacional ultra. Por ejemplo, Meloni, querida Giorgia. Teniéndola tan cerca, geográficamente, tan en Europa, ¿cómo es que el presidente no la señala a ella, más que a Milei, como la amenaza que hay que frenar?

Si te pones a abrir crisis diplomáticas sin despeinarte, vamos a por otra, ¿a qué esperas para calificar a tu colega italiana de odiadora de la democracia?

Si te pones a abrir crisis diplomáticas sin despeinarte, vamos a por otra, ¿a qué esperas para calificar a tu colega italiana de odiadora de la democracia? ¿O para arremeter en los mítines contra la admirada Úrsula? Úrsula Von der Leyen es la candidata del Partido Popular a la presidencia del gobierno europeo. No, Dolors Montserrat no, ella sólo es candidata a conservar su escaño en Estrasburgo. La derecha tradicional presenta a Úrsula, que es tan del PP como Feijóo y como Manfred Weber. Y que en el debate de ayer abrió la mano a entenderse con la extrema derecha.

Von der Leyen abrió la mano a entenderse con la extrema derecha

Ya está tardando Sánchez en decirle cuatro cosas a Úrsula, no sólo por blanquear a la ultraderecha, sino por arruinar el argumentario del socialismo español sobre la anomalía que presenta el PP dentro de su familia política europea. ¿Cómo era aquello de que la derecha europea le da la espalda a la ultraderecha mientras el PP español come de su mano? Va a ser que Úrsula y Feijóo están en lo mismo. Y que la candidata europea es Úrsula, presidente, no Aznar, que dejó de gobernar hace veinte años.

Mitineó Sánchez ayer metiendo en su coctelera a los hombres de negro de la recesión de 2010 -dice que Europa se tambaleó por su culpa, en rigor lo que pudo haber quebrado fue la financiación del Estado español bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, no hubo hombres de negro en los países con una situación económica aseada-, la motosierra de Milei, elegida por los votantes argentinos en las urnas -ellos sabrán- y estos cuatro nombres que ahora el presidente cita de corrido para que parezcan un cuarteto: Aznar, Ayuso, Feijóo y Abascal. A los cuatro les achacó haberle llamado ‘amigo de los terroristas de Hamás’.

Metido en la coctelera mitinera, no se anda el presidente con matices

Cuándo ha dicho Feijóo que Sánchez sea amigo de terroristas por reconocer el Estado Palestino es un misterio. O un bulo, no sé. Pero metido en la coctelera mitinera, no se anda el presidente con matices. Le sirve para meter a Feijóo en el cóctel esto que ayer dijo Díaz Ayuso, disparatando, otra vez, en el Parlamento de Madrid esta vez sobre el reconocimiento del Estado palestino y Hamás y el País Vasco y ETA.

Tú mata que yo te daré un Estado. Fino análisis de política internacional y de política vasca

Tú mata que yo te daré un Estado. Fino análisis de política internacional y de política vasca. Que Ayuso disparate no sería mayor novedad, ni tendría mayor relevancia, si no fuera porque desempeña la presidencia de una comunidad autónoma.

Ella también es Estado. Y escuchar a una representante del Estado proclamar que se le quiere dar un estado a Hamás (no a Palestina, a Hamás) como se le quiere dar, según ella, una comunidad autónoma a ETA es un bochorno. Fruto de una monumental frivolidad.