EL BLOG DE ALSINA

Doctor, ¿cuánto me queda?

Les voy a decir una cosa.

Son las ocho, las siete en Canarias y la una de la tarde aquí, en la costa este. En la costa este de los Estados Unidos...de México. Hasta donde nos hemos venido, como saben, los de La Brújula, los de Gente Viajera, los de Herrera, para contarles mañana y el fin de semana cómo es lo nuevo de Meliá en la Riviera Maya. Los dos nuevos hoteles con la marca Paradisus aquí, en Playa del Carmen, donde tenemos tenemos 28 grados y un suelo térmico de 20, o sea, que de ahí no bajan.

 

ondacero.es

Playa del Carmen (México) | 23.02.2012 20:24

No me digan que no es agradable un clima como éste, tan en contraste con el frío que se nos ha metido hasta los huesos en Europa. El frío de la  crisis, quiero decir, el frío de esta segunda recesión del siglo XXI que a decir de la comisión europea se va a prolongar todo el año en la zona euro, con una reducción del PIB de tres décimas de media. Se salvan de encoger este año Alemania y Francia (aunque empiecen el año con mal pie) e Irlanda, único de los rescatados que crece. Grecia y Portugal sufrirán la recesión más aguda, seguidos de Italia y España. Hoy por fin hemos conocido el diagnóstico que le hacen a nuestra economía los doctores de la Comisión Europea.

 

Doctor, ¿cuánto me queda?

- ¿De qué, de vida?

- No, de crisis.

- Hombre, enfermedad aún le queda porque, además de grave, está muy extendida.

Y además está usted recayendo, o sea que, como poco...un 1 por 100.

- ¿Un uno por ciento?

- Uno uno, sí, de mengua.

Nunca había despertado en nuestro país tanta expectación este dato por dos motivos:

 

  • El primero, que el nuevo gobierno se ha resistido hasta hoy a elaborar su propias previsiones, lo que se llama el cuadro macroeconómico para el año, encomendándose a la comisión europea para construir los Presupuestos Generales del Estado sobre la base de la estimación que ella diera (es decir que, al menos en teoría, Rajoy estaba esperando a conocer este dato de hoy para empezar a cerrar los Presupuestos de este año, que la propia comisión le viene demandando al grito de “espabila, Mariano, que no tenemos todo el año”, aunque hoy haya dicho el presidente que su previsión será peor que la de la comisión, de manera que no sabemos por qué hemos estado esperando). Un 1% de caída del PIB es un pronóstico sombrío, chungo, aunque bastante menos que los que han hecho recientemente el Bando de España (que hablaba de un 1,5) o el Fondo Monetario Internacional, que con su menos 1,7 de previsión lidera el ránking de estimaciones cenizas. Como el pronóstico de la comisión, siendo malo, es menos letal (y como éste es el dato que hace suyo el gobierno para ahorrarse el trabajo de hacer su propia apuesta), tiene margen Rajoy para elaborar unos presupuestos menos drásticos que los que hubiera hecho con medio punto más de caída de PIB.

 

  • El segundo motivo para la expectación que ha despertado el dato de hoy es lo del déficit a final de año: está sobradamente comentado que, en el nuevo contexto de recesión pura y dura, recortar nuestro déficit público del 8 % (que es como terminó, según el gobierno, el 2011 a un 4,4, que es lo que está comprometido) es una misión no tanto hercúlea como irrealizable (no es como las de Tom Cruise, que las llaman “imposible” pero pueden hacerse -si no, ¿de qué?- sino más bien como pegarle a un toro seis verónicas y media sin enmendarse, o en resumen de Rafael Guerra cuando le contaron que Manolete lo había hecho, que “lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”.

La pretensión del gobierno Rajoy, y de otros gobiernos de países periféricos (traducido: que estamos hechos unos zorros) es que a la vista de cómo se presenta el año se afloje un poco en esta carrera contra el déficit. En este sentido, que la comisión sea menos agorera que otras instituciones es más un engorro que una ventaja, porque a menor profundidad de la recesión, menos argumentos para pedir que nos dén cuartelillo.

 

Formalmente, España aún o ha solicitado que le rebajen las exigencias, pero ya es un clamor que el gobierno está en ello, que la comisión europea está receptiva pero haciéndose la estrecha y que la última palabra la tendrá -¡sorpresa!- el gobierno de Alemania. La solución llegará cuando se actualice lo que llaman planes de estabilidad, que no es otra cosa que la reválida que habremos de pasar este año, con sus notas de corte de déficit y deuda pública.

 

El comisario Oli Rehn, que siempre que le preguntan por España pone cara de acelga, ha dicho esta mañana que quietos paraos, que aún es pronto para debatir si se pueden relajar o no los objetivos porque primero tenemos que hacer lo que los conductores cuando les para la guardia civil: presentar los papeles. ¿Cuáles? Dos. Los Presupuestos para este año, que el gobierno dice que estarán para el 30 de marzo -con nuevos ajustes, se supone, que la comisión, por cierto, no incluye en sus previsiones, igual por eso le sale una caída de sólo un 1%-, y...segundo papel que aún no hemos entregado (de éste se habla menos) el cierre del ejercicio anterior, es decir, cómo quedó el déficit público en 2011, dato oficial que aún no existe, y cuáles fueron las razones de que, por más que prometimos cumplir, incumpliéramos.

Oli Rehn ha recordado ambos asuntos pendientes para los periodistas dejen de preguntarle qué va a pasar, porque es verdad que no le gusta que le pregunten. Entre otras cosas porque, cuando lo hacen, se nota mucho que es preguntar por preguntar. La respuesta no la tienen los comisarios, que al final son unos mandados, sino los jefes de gobierno europeos, que son los que mandan. Y cuando hablamos de jefes de gobierno europeos, como saben, nos referimos a dos con tendencia a uno que es una.

 

Pero bueno, nunca es tarde si de verdad se quiere...así que hoy vamos a tomarnos el carajillo a la salud de Catalina Aparicio y Juan Jiménez, que se han casado este fin de semana en la capital de México, acompañados por otras 230 parejas. La boda colectiva es una iniciativa municipal que permite a los contrayentes ahorrarse costes y trámites: es inmediata y es gratuita. Catalina y Juan son los recién casados más veteranos: ella tiene 75 años y él tiene 76. Llevan viviendo juntos desde los quince, tienen ya cinco bisnietos pero nunca hasta ahora habían sentido la necesidad de formalizar su emparejamiento. Sesenta años después han decidido casarse. Como el café y el chorrito de Magno, otra pareja estable y feliz.