El monólogo de Alsina: Celebrando el año nuevo chino en Salamanca
Les voy a decir una cosa.
Estuvimos pensando. A veces lo hacemos, pensar. Estuvimos pensando cuál podía ser la ciudad más indicada en España para empezar con buen pie el año nuevo.
Hoy es el primer día del año (chino). Nuestro primer programa. Anoche fue nochevieja. Si habéis ido a comprar a un chino habréis visto que tenían puesto los saltos de esquí. No, es broma. Para los chinos estos son días muy señalados porque celebran su fiesta de la primavera, una tradición que tiene más de tres mil años: cuando se reúnen las familias y se sientan a merendar juntas y a hablar de sus cosas.
Viene a ser como el lunes de aguas pero en miles de millones de personas. Entonces, pensamos: ¿cómo podríamos empezar en La Brújula bien el año? Dijimos: ¡vamos a Salamanca! ¿Por qué? Pregunta equivocada. Cuando de Salamanca se trata la pregunta no es por qué sino ¿por qué no? Dime una sola razón para no venir a esta ciudad siempre que puedas. Que es difícil aparcar. Pues ven caminando. Es que quiero gastar poco. Te quedas todo el día buscando la rana en la fachada de la universidad. Ay, que ya la he encontrado. Ponte a buscar el astronauta.
Cosas que hacer en Salamanca vas a encontrar seguro. Puedes ir a ver la catedral vieja y a preguntar los paisanos si han terminado ya la nueva, a ver qué cara te ponen. Puedes venir a probar la chanfaina y el farinato. A participar de las actividades que organiza la asociación de vecinos ZOES, que es una de las más activas de España. Puedes venir a disfrutar de la plaza mayor. Puedes felicitar al Perfumerías Avenida por la copa de la Reina de Baloncesto. Lo habréis celebrado como merece.
Si lo sé venimos antes. Puedes ir a pasear por el aeropuerto. O puedes venir al teatro del Liceo que, a excepción de esta tarde, suele ofrecer actuaciones muy buenas.
Salamanca, buenas tardes, gracias por haber venido.
¿Habéis aparcado bien? ¿Tenéis plaza de garaje en casa?
· Perdón, aquí no tenéis garaje sino cochera.
· No coméis pescado, coméis pesca.
· No vais de fiesta, pindongueáis.
No creáis que sois los únicos que tenéis un idioma propio. En Bruselas esto también pasa.
· Allí en lugar de rescate dicen programa de crédito.
· A subir el IVA le llaman sanear las finanzas.
· Y pedir socorro se dice solicitar la prórroga.
Hay que conocer estas peculiaridades idiomáticas, digamos, para ir traduciendo lo que cuentan. Cuando dicen: “el Banco Central Europeo aprueba una inyección de liquidez a la banca helena” lo que están diciendo es que los bancos griegos están secos.
Ya sabréis que esta semana tiene que empezar a despejarse cómo queda lo de Grecia. Lo del dinero que debe Grecia, si debemos seguir prestando y en qué condiciones. Problema que tiene el estado griego, que necesita dinero urgentemente porque el crédito europeo que le ha permitido mantener los servicios públicos termina ahora. Qué quería el gobierno griego que pasara: pues negociar un crédito distinto para los próximos años (más blando) y, mientras se negocia, que se le abriera una línea de préstamo temporal, acuerdo puente, recibiendo financiación pero sin las condiciones políticas del que había hasta ahora.
El lunes se vieron los ministros europeos con Varoufakis, el famoso Varoufakis, y le dijeron: oiga, si usted quiere crédito, no pida otro, pida que le prorroguemos el que hay, con esas mismas condiciones. Y el griego lo que dijo es que eso no puede ser, que le ponen en una situación imposible: si traga con prorrogar el rescate tiene que apretar aún más a los pobres ciudadanos, pero que si no traga, tengo que cerrar el estado griego. Esto, con otras palabras, lo expresó hace muchos años un célebre filósofo, Bart Simpson. Él dijo: “vas listo si no lo haces y si lo haces, vas listo”. O en lenguaje sanferminero, por delante o por detrás, el toro te empitona fijo.
Hoy Varoufakis ha entregado su petición formal a la zona euro. En la que solicita que se prorrogue el rescate. Dices: ¡Se han rendido los griegos! Casta, 1, Syriza,0. No está claro, porque a la vez que pide prórroga menciona qué contrapartidas políticas no va a cumplir: ni subir el IVA, ni bajar las pensiones. En Bruselas se interpreta que han empezado a tragar. Pero Alemania dice que hay que hacerle tragar del todo.
Tú te imaginas a Schauble, que es el ministro alemán, con Varoufakis allí delante, un Varoufakis que de pronto, se hubiera hecho pequeñito y hubiera empezado a hablar bajo. Y que dice:
- ¿Me podéis prorrogar el rescate?
- ¿Cómo dices?
- Que si me podeís prorrogar el rescate.
- Más alto.
- Que quiero más rescate.
- Dilo más alto, queremos escucharte.
- ¡Que quiero que me prorroguéis el rescate!
¿Con todas las consecuencias?
- Mmmmm, que si me podéis prorrogar el crédito.
Mañana vuelven a verse todos a ver en qué quedan. Alemania apretando, Francia e Italia diciéndole “hombre, que el griego ha demostrado buena voluntad”, y la sociedad griega preguntándose qué va a ser de ella.
Los días siguen pasando y en algún momento tendrán que poner el huevo. Podemos ir tachando días en el calendario o arrancándole piernas a la cuaresmera, que esta una tradición bien antigua que en algunas casas de Salamanca aún se conserva. La cuaresmera es el dibujo de una anciana cargada de pescados y verduras (por el ayuno de carne cuaresmal) con siete piernas.
Se colgaba de la ventana el miércoles de ceniza y cada domingo se le arrancaba con gran alegría una pierna. Hasta que se quedaba sin piernas --fin de la cuaresma-- y salían los niños a la calle a celebrarlo al grito de “¡A matar a la vieja, la tía pendeja!” Puede parecer un poco crudo, ¿verdad?, pero hay que entender una cosa. En otros lugares, en otras ciudades, hacer durante casi dos meses ayuno de carnes y embutidos puede ser más llevadero, pero en Salamanca, siete semanas sin probar el hornazo. Y el jamón de Guijuelo. Dices: el pecado no es romper el ayuno, el pecado es teniendo estas cosas no comérselas.
Hemos esperado a que empezara la cuaresma sabiendo que los días de cuaresma es cuando esta ciudad estudiantil se vuelve más reposada, más reflexiva y más casta. Es una ciudad de estudiantes. Estos son los únicos días del año en que Salamanca es casta. O, al menos, eso fue lo que siguió creyendo, hasta el día de su muerte, el pobre Felipe II. Que jamás se recuperó de shock que le produjo venir Salamanca con dieciséis años y descubrir que se había metido en Gomorra.
La misma ciudad que de día era cuna de la sabiduría europea de noche era la capital del vicio. Tú le preguntas a Strauss Kahn dónde le gustaría haber nacido y dice: en Salamanca. Nunca pudo entender Felipe (el II, el VI sí que lo entiende) que los mismos estudiantes que por la mañana atendían disciplinadamente al profesor en el aula de noche golfearan tanto. ¿Por qué? Porque no existía el programa erasmus.
Esto que hoy nos parece seña de identidad del estudiantado europeo en aquel momento era patrimonio del estudiantado salmantino. Que tantos siglos después sigue honrando la tradición como corresponde. Felipe II, como bien sabéis aquí, ordenó que durante la cuaresma fueran llevadas fuera de la ciudad las prostitutas. A no menos de una legua (5 km). En aquel tiempo los reyes aún mandaban y podían desterrar temporalmente a personas que no fueran de su agrado. Ahora esto ya sólo puede hacerlo con las hermanas.
Durante la cuaresma estaban alejadas y cuando terminaba podían volver. El lunes siguiente al de Pascua, que es cuando cruzaban el río de vuelta al putiferio. El lunes de aguas. Estallaba la ciudad en fiesta alcohólica y descontrol. Es decir, en botellón. Otra tradición que ahora se recupera. Una cosa tendréis que admitir: la juerga que montan los estudiantes en el Tormes es más fiel al origen del Lunes de Aguas que irse a merendar con la familia al campo. Aunque esto último sea más saludable, por supuesto.
Desde Salamanca emitimos hoy esta Brújula, encomendándonos a Santa Teresa de cuyo nacimiento estamos celebrando este año el quinto centenario. Luego hablaremos de las ciudades teresianas y de los acontecimientos culturales que, con ese motivo, celebra en 2015 esta región. Teresa de Jesús, menuda señora, por talento y por talante. Ha escrito un libro muy cálido sobre su figura Espido Freire -”Para vos nací” se llama- en el que dice que si Santa Teresa viviera hoy está segura de que le habría caído muy bien el papa Francisco.
Yo creo que si Santa Teresa viviera hoy, el papa sería ella.
Gracias por venir y espero que paséis una tarde entretenida. Aquí comienza La Brújula.