Monólogo de Alsina: "Yo, Yolanda"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el ejercicio de memoria de Yolanda Díaz declarando que, antes de que el ministerio de Sanidad asumiese precauciones frente a la Covid, el 15 de febrero del 2020 ella ya sabía que nos enfrentábamos a una emergencia sanitaria.
Madrid | 03.12.2021 08:41
Iniciando, como quien dice, el puente de la Inmaculada Constitución. Enhorabuena por haber llegado hasta aquí y más enhorabuena aún si ha sido usted agraciado con cinco días seguidos de holganza. Lo mejor del puente es no tener que madrugar, ni trabajar, y poder hacer, quizá, alguna escapada.Lo peor, que de Segovia para arriba el tiempo va a ser un asco. El sol se reserva para Castilla La Mancha, Andalucía y resto de la costa mediterránea.
Y lo que preocupa, a algunos epidemiólogos, a algunos consejeros de sanidad autonómicos, es que el acueducto festivo y la invitación que supone para quedar con la familia y los amigos, verse, respirarse y moverse más que un fin de semana corriente, traiga consigo un acelerón de los contagios que acabe repercutiendo en los centros de salud y los hospitales. En fin, qué le voy a contar si de puentes y avisos estamos ya todos, a estas alturas, escarmentados.
A algunos epidemiólogos les preocupa que el acueducto festivo traiga consigo un acelerón de los contagios que acabe repercutiendo en los centros de salud y los hospitales
Éste es el temor: que a pesar de que estamos casi todos vacunados y de que la mayoría de los casos que hoy se diagnostican son leves, a mayor número de personas con el virus mayor número también de casos que puedan complicarse. No tiene el asunto más misterio. Y no hay novedad en la tendencia que venimos contando desde hace un mes: el incremento de la incidencia y las hospitalizaciones es constantepero lento, o al revés ---ponga usted por delante lo que prefiera---: lento, pero constante. Es decir, que las medidas que hasta ahora se han aplicado no han servido para frenar y revertir esa tendencia.
La vacunación es la diferencia esencial que tenemos respecto del puente y las navidades del año pasado
Como no se cansa de repetir la ministra Darias, nuestras tasas son mejores, en todo, que las de la mayoría de los países europeos. Sobre todo en lo que se refiere a la vacunación. Que es la diferencia esencial que tenemos respecto del puente y las navidades del año pasado.
¿La gran diferencia? La vacunación. ¿El nuevo elemento? La variante ómicron. Que a decir de la autoridad sanitaria europea se transmite con más facilidad que la Delta, lo que supone que acabará siendo la variante dominante de aquí a unos meses. Y lo de siempre: a mayor transmisión, más contagios. A más contagios, más posibilidad de presión en la atención primaria y los hospitales.
En España, mensajes de precaución y respeto a las medidas en vigor, pero sin horizonte de que acaben proliferando las prohibiciones de olas anteriores
A día de hoy, y en España, mensajes de precaución y respeto a las medidas en vigor, pero sin horizonte de que acaben proliferando las prohibiciones de olas anteriores. Nada que ver con Alemania, donde se va a producir el cambio de Gobierno, de Merkel a Scholz, de la gran coalición al tripartito liderado por los socialdemócratas, con prohibición de acceso a los comercios, la hostelería y el ociopara quienes no estén vacunados. Y a partir de febrero, dejará de ser opcional. Vacuna obligatoria para todos los alemanes.
Mi nombre empieza por 'yo'
La historia del mundo habría sido distinta. Si la Organización Mundial de la Salud, al comienzo de 2020, la hubiera digido, en lugar de Tedros Adhanom, Yolanda Díaz. La historia de España habría sido distinta si el Centro de Alertas Sanitarias, en lugar de Fernando Simón, lo hubiera dirigido Yolanda Díaz. Si la ministra de Sanidad, en lugar de Illa, hubiera sido Yolanda Díaz. Y si la presidenta del Gobierno, en lugar de Sánchez, hubiera sido Yolanda Díaz.
Mi nombre empieza por ‘yo’. Ella sí lo vio venir. Porque, en efecto, se podía. Con la lata que dieron Sánchez, y Carmen Calvo, y Salvador Illa con el salmo aquel de ‘no se podía saber’ y tenían en el Consejo de Ministros a una vigía.
Con la lata que dieron Sánchez, Carmen Calvo y Salvador Illa con el salmo aquel de ‘no se podía saber’ y tenían en el Consejo de Ministros a una vigía
La vicepresidenta segundarecordó ayer en una entrevista con Berlín ---y es verdad--- que ella lanzó una guía con recomendaciones para las empresas ante la crisis del coronavirus. Es verdad que lo hizo y que le llovieron piedras fuera y dentro del Gobierno.
En realidad, lo que molestó dentro del Gobierno es que actuara por su cuenta sin contar con el ministerio de Sanidad, que iba pisando huevos, y lo que molestó a la patronal es que la guía abriera camino a que los empleados que entendieran que no había protección suficiente en su centro de trabajo se marcharan a casa sin encomendarse ni a dios ni al diablo. Pero hubo guía, el 4 de marzo, y hubo polémica. En ese aspecto, no cabe calificar esto de ayer como una confesión de que el Gobierno sí sabía lo que había y lo ocultó.
Un ejercicio de memoria parcial e interesado
Lo que sí cabe es calificar este ejercicio de memoria que hace la vicepresidenta, a mayor gloria de sí misma, como parcial e interesado. Los científicos tienen muy estudiado hasta qué punto la memoria nos engaña. Y cuando no nos engaña, nos autoengañamos nosotros. Yolanda Díaz sostiene que ya el 15 de febrero, mucho antes de que Sánchez moviera un dedo, ella vio claro que íbamos camino de tener una situación de emergencia como la de Italia. 15 de febrero.
Veía lo que iba a pasar. Casi un mes antes de que la OMS declarara la pandemia. Feliz anticipación. Lástima que teniendo tan claro el 15 de febrero lo que iba a pasar, el cuatro de marzo estuviera declarando a la prensa que no había pasado nada. Recordemos lo que dijo ese día la ministra de Trabajo.
Yolanda Díaz sostiene que el 15 de febrero ya vio claro que íbamos de camino a una emergencia sanitaria. Lástima que el 4 de marzo estuviera declarando que no estaba pasando nada
Cuatro de marzo: no está pasando nada. El ocho de marzo estaban convocadas las famosas manifestaciones del día de la mujer. No se recuerda que la ministra, tan persuadida como estaba de la gravedad del riesgo que había, le insistiera a Salvador Illa, o a Simón, o a Irene Montero(o a Pablo Iglesias) para que el personal no se manifestara. Si Yo, Yolanda tuvo olfato, luego le faltó coraje. Y ahora le está sobrando afán de colgarse una medalla. En otro tiempo la habrían llamado capitana a posteriori.
La sensación de que Yo, Yolanda se reinvindicaba a sí misma frente al grupo de ciegos con los que gobernaba
La polémica tampoco va mucho más allá. Ayer lo que escoció en otros ministros (y ministras) del Gobierno fue esta sensación de que Yo, Yolanda se reivindicaba a sí misma frente al grupo de ciegos con los que gobernaba. Esta sensación de que cada vez habla más en primera persona. Lo mismo para reescribir la historia del Covid que para comentar los datos del paro.