OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Cada día sin aprobar la ley ELA es una eternidad perdida"

En el Día Mundial contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica, Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las tres proposiciones de ley que se están tramitando en el Congreso y que retrasan la aprobación de una ley diseñada para amparar y facilitar la vida de los enfermos de ELA y sus familiares.

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Carlos Alsina

Madrid | 21.06.2024 08:35

Primer día de verano de este año. El calendario avanza. El tiempo pasa. Cada veintiuno de junio es el Día Mundial contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica. Y cada veintiuno de junio viven esta jornada de manera diferente a como la habían vivido los años anteriores aquellas personas que han sido diagnosticadas en estos últimos doce meses.

Tres personas son diagnosticadas de ELA cada día

Ves en los medios, escuchas en la radio, que es el Día Mundial contra la ELA y no significa para ti lo mismo si has dejado de ser espectador y has pasado a ser enfermo. Hoy vivirán de forma distinta este día mil españoles que, se calcula, habrán sabido que padecen ELA este último año.

Tres personas son diagnosticadas cada día. Tres lo supieron ayer. Y estarán digiriendo aún la noticia. Sentirán este día de forma distinta, también, aquellos con quienes conviven: compañeros (y compañeras) de vida, parejas, hermanos, hijos, que se habrán empapado de información sobre la enfermedad, su evolución y lo que va a traer consigo -incluido el coste económico-. Y sentirán, en fin, de manera especial este día todas aquellas personas que en este último año han visto morir a un enfermo de ELA.

No significa lo mismo el paso del tiempo

El calendario avanza. El tiempo pasa. No significa lo mismo el paso del tiempo para una persona sana que para una persona que sufre una enfermedad degenerativa para la que no se conoce cura. Cada día que se acaba sin haber conseguido aquello por lo que lucha es una eternidad perdida. A finales de 2021, el Congreso de los Diputados aprobó, por unanimidad, tramitar una ley que amparara, y facilitara la vida, a los enfermos de ELA y a quienes conviven con ellos.

Son tres las proposiciones de ley que se están tramitando en el Congreso sin que los diputados que lo forman hayan sido capaces aún de llevar el compromiso que adquirieron a puerto

Llegados al 21 de junio de 2024, casi tres años después, son tres las proposiciones de ley que se están tramitando en el Congreso sin que los diputados que lo forman hayan sido capaces aún de llevar el compromiso que adquirieron a puerto. El adelanto electoral dejó sin rematar la primera ley que registró Ciudadanos y en esta nueva legislatura se han ido ampliando los plazos para enmendar las tres proposiciones distintas, tres, que están tramitándose: del PP, del PSOE y de Junts.

Cada día más de plazo para enmendar los textos es un día menos para cumplir el objetivo de que la ley vea la luz cuanto antes. Ayer mismo se votaron, y se rechazaron, los intentos de Vox de enmendar por completo-o tumbar- estas tres propuestas.

Tres casos de ELA se diagnostican cada día. Pero el número de enfermos permanece estable porque tres de ellos fallecen cada día. El tiempo, el paso del tiempo, la lentitud en las tramitaciones, no se vive de la misma manera si eres espectador que si eres uno de los afectados.

Cada día que termina sin que esta ley haya entrado en vigor es una eternidad perdida

De modo que he pensado que lo mejor es que yo me calle y ceda la voz esta mañana a Fernando Martín, que es la voz de las entidades que, en España, representan a los enfermos y sus familias.

Veintiuno de junio de 2024. Cada día que termina sin que esta ley haya entrado en vigor es una eternidad perdida.

Vuelve a Madrid el peluca

Vuelve a Madrid el peluca. El león, se dice él a sí mismo.

Vuelve a Madrid el presidente de Argentina -de profesión despreciador de todo aquel que no vea el mundo como él, singularmente si uno es de izquierdas- a dejarse aplaudir, dejarse elogiar, dejarse hacer mucho la pelota, porque quienes beben sus vientos no por el liberalismo, sino por el populismo faltón camuflado de batalla cultural que representa este gobernante hermanado con Vox que anhela que en España gobierne Santiago Abascal.

Entre quienes beben los vientos por Milei, mentor de Vox, está Isabel Díaz Ayuso. Que se ha sacado de la manga una medalla de la Comunidad de Madrid sólo para confrontar, una vez más, con Pedro Sánchez. Al menos podría dejarse de coartadas la presidenta madrileña y poner por escrito en el decreto (o lo que sea) de concesión de la medalla el motivo real por el que sube a los altares al argentino. Que es hacer llamado calaña a Pedro Sánchez, haberle llamado cobarde, haberle comparado con Maduro y haber tachado de corrupta, por supuesto, a Begoña Gómez. En esto hay que darle la razón a Patxi López.

Ayuso tampoco tuvo la mayoría de votos en 2019

Amén. Y feliz de conseguirlo, seguro. Dos palabras que pronunció ayer Ayuso lo explican todo. Son dos palabras muy breves. La primera es ‘él’ y la segunda es ‘sí’.

Legítimo elegido, él sí, por amplia mayoría en las urnas. Esta es la cosa. Milei, presidente legítimo, frente a Sánchez, presidente no tan legítimo. La manipulación es de primero de propaganda.

Milei, presidente legítimo, frente a Sánchez, presidente no tan legítimo. La manipulación es de primero de propaganda

Sánchez no ha podido ser elegido directamente en las urnas porque en España no existe esa vía para elegir al jefe de gobierno. Nadie sabe, ni siquiera Ayuso, quien estaría presidiendo hoy el gobierno de España si aquí eligiéramos al presidente en votación directa y con segunda vuelta. Es muy posible que ante esa última elección, o Feijóo o Sánchez, hubiera ganado Sánchez con los votos de quienes, en la primera vuelta, hubieran votado Esquerra y Sumar y Bildu.

Y sí, es verdad que Sánchez es presidente de gobierno sin haber ganado las elecciones. Justo como Ayuso en 2019. Ella tampoco tuvo la mayoría de los votos.

Sánchez es presidente de gobierno sin haber ganado las elecciones. Justo como Ayuso en 2019

Ella, no. Debutó como presidenta habiendo perdido en las urnas. Ojo con las comparaciones entre modelos políticos distintos (y sistemas de elección diferentes) porque las carga el diablo. Seguro que tiene presente Ayuso que Milei es jefe de Estado y Pedro Sánchez no lo es. El jefe de Estado en España se llama Felipe de Borbón y él no, él no ha sido elegido por amplia mayoría en las urnas… sin que eso merme un ápice la legitimidad de que, Constitución en la mano, disfruta.

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