Monólogo de Alsina: "Lo dejaron pasar"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la falta de una investigación profunda por parte de Más Madrid y Sumar cuando tuvieron conocimiento de la primera agresión cometida por Íñigo Errejón.
🔴 Fuego cruzado en la izquierda por el caso Errejón: Diferentes versiones sobre la denuncia de 2023
Madrid |
Con María Jesús Montero al frente del Consejo de Ministros, que no nos pase ná. El presidente sigue de visita en la India y hoy visita en Bombay los estudios de cine de Bollywood, anda que no lo va a disfrutar. Tanto o más que el desfile modelo cabalgata que le organizó ayer el primer ministro Modi, que aunque sea conservador, al presidente le resulta simpático porque no le pregunta ni por Aldama, ni por Delcy, ni por los Presupuestos que no terminan de llegar.
El presidente está en la India para estrechar relaciones, que es la manera elegante de decir aumentar la relación comercial. Es decir, conseguir inversiones. También de Bollywood, sí, también de Bollywood. Conseguir inversiones, no confundir con la captación de fondos o fundraising, que ésa es la especialidad de Begoña Gómez y es para ongs sin ánimo de lucro.
Sumar está en crisis
Con el presidente en la India y su vicepresidenta primera capitaneando el barco -entre tormentas-, la vicepresidenta segunda llega al Consejo de Ministros de esta mañana en estado menguante. Ella misma lo dijo ayer: su marca política, Sumar, está en crisis. No sólo por lo de Errejón, pero ahora mismo, y sobre todo, por lo de Errejón.
En favor de Yolanda Díaz, y de Mónica García, Rita Maestre y Manuela Bergerot, diré que se han presentado ante los periodistas, han ofrecido las explicaciones que les han parecido oportunas y se han dejado preguntar, sin condiciones previas y sin límites. Forma parte de las obligaciones básicas de cualquier representante público, es verdad, pero dado el incumplimiento frecuente que de esas obligaciones manifiestan otros, bienvenida sea la actitud de estas cuatro mujeres: pregunten ustedes, pregunten, y se les responderá.
De haber sabido que Errejón era un presunto agresor sexual estoy seguro de que lo habrían apartado de cualquier responsabilidad
En su favor diré también que lo que contaron ayer sobre lo que sabían, y no sabían, de los comportamientos de Errejón con las mujeres -su toxicidad, por emplear la palabra del propio Errejón- es lo que, en verdad, hubo. No estaban al tanto de que hubiera denuncias, en plural, contra su compañero de partido; tuvieron constancia de una denuncia en Twitter, hace año y medio, y de otra, en Instagram, la semana pasada; y de haber sabido que Errejón era un presunto agresor sexual estoy seguro de que lo habrían apartado de cualquier responsabilidad.
Habiendo podido indagar, lo dejaron pasar
Pero ocurre que no lo hicieron. Y ocurre que no lo hicieron porque habiendo tenido en su mano indagar, de verdad, en la presunta agresión cometida lo dejaron pasar incurriendo en el comportamiento más censurable en un asunto como éste, que es pensar que si una denuncia se retira -en el caso de twitter se borra- es que nada pasó. O traducido, que la mujer que lo contó lo exageró, o lo imaginó, o lo inventó.
Incurrieron en el comportamiento más censurable en un asunto como éste, que es pensar que si una denuncia se retira -en el caso de tuiter se borra- es que nada pasó
García, Bergerot, Maestre, están sinceramente desoladas por lo que sucedió, no ha razón para pensar que estén impostando nada. Hacen bien en asumir que cometieron un error, grave error, visto lo visto. Pero eluden dar el paso siguiente, que es asumir su responsabilidad a la manera en que las responsabilidades se asumen en política.
Dicen que cometieron un error, pero la única cabeza que han cortado es la de una diputada mayormente desconocida, Loreto Arenillas, a la que acusan de haberles engañado. La soltura que han acreditado para exigir responsabilidades a los demás no la ejercitan cuando las responsabilidades son propias. Y tan propias.
¿Qué clase de mérito es pedirle la renuncia a quien veja a mujeres?
Tampoco lo hace Yolanda Díaz, sinceramente contrariada, que llegó a decir ayer que no será ella quien intente sacar rédito político de este caso.
¿Qué rédito iba a poder sacar? Proclamar, como si fuera meritorio, que entre generar una crisis de partido y mantener de portavoz a un denunciado por agresión sexual eligió sin dudarlo la primera de las opciones obliga a preguntarse qué clase de mérito es ése. Qué clase de mérito es pedirle la renuncia a quien te ha admitido su hábito de vejar a las mujeres.
Si vejas a las mujeres, ¿qué diablos haces aquí, persona y personaje, Íñigo Errejón?
‘Fue una de las conversaciones más difíciles de mi vida’, dice la vicepresidenta. Pues no debería haberlo sido: si vejas a las mujeres, qué diablos haces aquí, persona y personaje?
Le llaman investigación a lo que nunca fue una investigación
En demérito de Más Madrid -García, Bergerot, Maestre- diré que no se puede cambiar de significado a las palabras. Le llaman investigación a lo que nunca fue una investigación. El relato lo hicieron ellas mismas ayer: verano de 2023, una mujer escribe en tuiter que Errejón la manoseó en un concierto en Castellón. Más Madrid dice que lo investigó, pero lo que en realidad hizo fue preguntarle a la jefa de gabinete de Errejón (ahora todo el mundo tiene jefe de gabinete) qué había sucedido. Ella, según contó ayer Bergerot, minimizó lo ocurrido.
Habiéndolo minimizado, es a ella a quien le encomiendan que ofrezca a esta mujer apoyo si desea denunciar
En lugar de preguntar directamente a Errejón, ignoro por qué, le preguntan a Loreto Arenillas. Ella minimiza lo ocurrido. Y -aquí viene lo incomprensible del asunto-, habiéndolo minimizado, es a ella a quien le encomiendan que ofrezca a esta mujer apoyo si desea denunciar.
A quien ha minimizado le instan a ofrecer apoyo a esta mujer. No le preguntan más, el hilo de twitter desaparece y la dirección de Más Madrid no se interesa en saber por qué. Nunca hizo, en rigor, ninguna investigación.
Esta parte de la comparecencia de ayer es la más difícil de digerir. Pareciera que si sólo ocurre una vez, sólo un manoseo, sólo una mujer que habla de una agresión, es que el asunto puede dejarse pasar. Como no había noticia de que fuera una pauta de comportamiento, y como el hilo se esfumó, ya no preguntaron más. Ni a Loreto Arenillas, ni a Errejón, ni a la mujer que había contado lo ocurrido.
Pareciera que si sólo ocurre una vez, sólo un manoseo, sólo una mujer que habla de una agresión, es que el asunto puede dejarse pasar
¿Intentaron hablar directamente con ella? No parece. ¿Intentaron saber por qué había borrado el hilo? No parece. Hay una presunta agresión y le preguntan si es verdad al presunto agresor y su subordinada.
A ti no te creo, hermana, porque es nuestro Errejón
No lo llamen investigar. Porque lo que ocurrió, díganlo claro, es que, borrado el hilo, no le dieron crédito a lo que esta mujer contaba, yo no te creo, hermana. Si ha borrado el tuit, será que no era verdad. Que exageró, que fabuló, que lo inventó para perjudicar a nuestro Iñigo Errejón.
No lo llamen investigar. Porque lo que ocurrió, díganlo claro, es que, borrado el hilo, no le dieron crédito a lo que esta mujer contaba, yo no te creo, hermana
Y si algo saben Maestre, Bergerot y Mónica García es que lo primero que hace un presunto agresor cuando una mujer le señala es hacer cuanto esté en su mano para que ella se retracte, retire la denuncia o borre el hilo de twitter. Eso fue lo que sucedió. A ti no te creo, hermana, porque es nuestro Errejón.
Qué rápida la no investigación
Yolanda Díaz estaba enterada también del episodio del concierto en Castellón. Por su equipo, que había visto el hilo de tuiter, no porque se lo contara Ione Belarra. A diferencia de lo que ha hecho ahora, llamar a Errejón y preguntarle directamente, Yolanda Díaz no consideró necesario hablar de aquello con él. De hecho, no consta que hiciera nada más que preguntar a Más Madrid y dar por bueno que no había caso.
La versión de Yolanda en esto no coincide del todo con la de Más Madrid. Según ella, el expediente se ha cerrado antes de que el tuit desaparezca, no después. Qué rápida la no investigación. Y qué poco peso le dio también la vicepresidenta al relato de aquella mujer. Para entonces, Sumar acababa de presentarse en Magariños sin Podemos y con Errejón en primera fila.
El mérito que se adjudicó ayer la vicepresidenta por haberse ocupado personalmente ahora del asunto, no parece que pueda adjudicárselo en aquel primer episodio conocido al que no dio mayor relevancia.
Ahora sí, actuó con contundencia aún sabiendo que generaría una crisis en el partido. Estaría bueno. Hay medallas que es mejor no intentarse colgar.