OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Ábalos saca el hacha"

Carlos Alsina

Madrid | 28.02.2024 08:37

Si hubiera comparecido con un hacha en la mano, a cada frase le habría seguido un golpe seco. Tronco. No es aizkolari José Luis Ábalos. Es un peón.

Hachazo tras hachazo. A quienes han querido evacuarlo del Congreso por la puerta de atrás. Los suyos. A quienes han tratado de tumbarlo a él porque no consiguen tumbar a Sánchez. Los otros.

Hachazo tras hachazo compareció Ábalos para consumar su ruptura con el PSOE

Ábalos ya no preside la comisión de Interior del Congreso. Ábalos ya no pertenece al grupo parlamentario socialista. Ábalos está en puertas de ser expulsado del partido del que era altísimo dirigente hace sólo tres años.

Hachazo tras hachazo compareció ayer ante la prensa para consumar su ruptura con el PSOE, es decir, con Sánchez (y con los de Sánchez), para reivindicarse como damnificado de una forma cruel de hacer política y para dejar en el aire la duda de si hay manta o no hay manta de la que tirar.

A las nueve de la mañana estará en este estudio de radio el protagonista de día, José Luis Ábalos Meco. Sesenta y cuatro años. Cuarenta y tres de militancia socialista. En adelante, repudiado por su organización, diputado del grupo mixto.

Convulsión en el PSOE

La palabra es convulsión. Convulsión en el PSOE. Al partido le ha dado un síncope. Aún decía ayer García-Page en este programa, antes de que Ábalos rompiera los esquemas a casi todo el mundo, que su partido está en un laberinto.

El laberinto de que cada vez sean menos los ciudadanos que se ven reconocidos en el Partido Socialista, decía. Él calculaba que Ábalos acabaría rindiéndose a la presión de Ferraz y borrándose del mapa político.

Si el líder supremo ha bajado el pulgar, se acata la decisión, el sentenciado se resigna y el resto lo despide con loas sobreactuadas a su trayectoria política

Ambos son veteranos, saben cómo se hacen estas cosas en los partidos. El bien superior, que dijo la portavoz socialista Esther Peña el lunes. El bien superior es la imagen del partido. Si el líder supremo ha bajado el pulgar, se acata la decisión, el sentenciado se resigna y el resto lo despide con loas sobreactuadas a su trayectoria política: fue tan importante, tan decisivo, tan socialista, que celebramos que desaparezca y le agradecemos los servicios. Dígalo usted, ministro.

Esto es lo nunca visto en el PSOE

Ejemplar militante al que se ha indicado la puerta de salida. No es para menos el síncope socialista porque esto es lo nunca visto en el PSOE. Y mira que han pasado cosas en el PSOE. Que a quien fue capataz del aparato, secretario de organización, mando al que unos admiraban, otros temían y todos hacían la pelota, primero se le dé un ultimátum y luego se le deporte al grupo mixto no había pasado nunca.

Con un sanchista de primera hora, crucial en la resurrección de Pedro Sánchez, crucial en la reconversión del partido, no había pasado

Con militantes cualesquiera y diputados del montón, sí se había visto. Pero con un sanchista de primera hora, crucial en la resurrección de Pedro Sánchez, crucial en la reconversión del partido, crucial en los primeros años de gobierno, no había pasado.

Repudiado como si tuviera la peste (lo dijimos ayer, apestado) y señalado como culpable de haber escogido mal a su gente -o sea, a Koldo- y de haber dado alas a quien no lo merecía -o sea, a Koldo-.

Estamos aún en el terreno del indicio y de la sospecha

Koldo García Izaguirre. El guardián de los avales. El hombre para todo. El asesorísimo. Fue detenido hace una semana, es verdad. Se negó a declarar ante el juez. Está en libertad con prohibición de abandonar España. Pero, en rigor, aún no se sabe en qué quedará lo suyo.

El incremento de su patrimonio inmobiliario se compadece malamente con el salario que declaraba -ésa es la prueba de un enriquecimiento ilícito, a juicio de la fiscalía-, pero estamos aún en el terreno del indicio y de la sospecha. Puede que no pase nunca, pero imagínese que a Koldo lo declararan, al final, inocente. Con la que se ha liado. Sí, lo sé, nadie se lo imagina hoy. Y menos que nadie, el PSOE.

Imagínese que a Koldo lo declararan, al final, inocente. Con la que se ha liado

Que por eso ha aparcado esta vez el salmo que entonó en otras ocasiones -presunción de inocencia, esperar, al menos, a que haya un procesamiento- y ha condenado ya a Koldo y, por extensión, a su mentor Ábalos. Firmaron la sentencia Sánchez, María Jesús Montero y Santos Cerdán. Y le pusieron voz las Esther Peña, los Óscar Puente, los Patxi López.

¿Tiene derecho un partido político a ordenar a un diputado que deje de serlo? No

El motivo formal para excomulgar a Ábalos -para extrañarlo- es que no obedeció a la orden de renunciar a su escaño. Pregunta: ¿tiene derecho un partido político a ordenar a un diputado que deje de serlo? Respuesta: no. Por muy militante de ese partido que sea. Y por mucho que haya sido el partido quien lo haya metido en una lista. No hay ley que en España ampare que un partido se arrogue la potestad de dar órdenes a un diputado para que se haga el harakiri.

Koldo aún no ha abierto la boca ante el juez, y aún no está procesado, pero ya se ha llevado por delante a Ábalos

Pregunta: si el PSOE, con las normas en la mano, no puede ordenarle a Ábalos que se largue a su casa, ¿puede expulsarle conforme a su reglamento interno por no haber cumplido esa orden? Ah, amigos, los reglamentos de los partidos los interpreta la dirección como le da la gana. Se le dijo que se largara y no se largó. Se le dijo que ya se le arreglaría lo suyo, más adelante, y no se dejó. Insubordinación, rebeldía, daño al bien superior, que es… el partido.

Koldo aún no ha abierto la boca ante el juez, y aún no está procesado, pero ya se ha llevado por delante a Ábalos.

Hasta dónde llegarán los res-coldos

Está claro que hacer pronósticos en política es jugar a los dados. Hace sólo diez días, Sánchez acariciaba aún -mecido por Tezanos- la posibilidad de ver caer a Feijóo ante la tumba del apóstol en Santiago. Una Galicia de izquierdas que enviara al PP a la UCI, sacudiera su vida interna y lo sembrara de espasmos.

Diez días después, y malherido aún por un naufragio electoral histórico, es el PSOE el espasmódico, sacudida su vida interna por la chunga-historia de Koldo y preguntándose hasta dónde llegarán los res-coldos.