Monólogo de Alsina: "Yolanda no afloja y Pedro se la juega"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el desacuerdo entre Yolanda Díaz y la parte socialista del Gobierno para la derogación de la reforma laboral.
Madrid | 26.10.2021 08:51
No se ha visto en otra el italiano. Gentiloni. Por la mañana con Calviño y por la noche con Yolanda Díaz. El comisario de Economía europeo es lo más parecido que tenemos hoy a los hombres de negro de 2012. El encargado de venir a supervisar cómo llevamos los fondos de recuperación y las reformas que el Gobierno le tiene prometidas a la comisión europea.
No eligió Gentiloni el día más apacible para tomarle la temperatura al Gobierno.
"El diccionario político-español, español-político"
Nadia, no nadie. La vicepresidenta Nadia. Mire, hoy es uno de esos días en los que nos vendría bien tener un traductor simultáneo del idioma de los políticos. El diccionario político-español, español-político. Veamos lo que está diciendo, en realidad, el comisario Gentiloni:
"A mí no me metan en los líos que se traen aquí las ministras. El Gobierno dice que tiene una posición unánime, y sé que no es verdad pero, qué quieren que les diga. Si Pedro y Nadia me lo juran como han hecho hace un momento... Cuando acaben de matarse entre ellos que nos digan cómo queda la reforma y ya lo vemos".
A ver, el italiano no se va a meter en lo que tiene que hacer el matrimonio a palos, pero soltó dos palabras que revelan por dónde va el balón: seguridad y dinamismo, el equilibrio entre ambas cosas. Que significa que la receta europea para el desempleo crónico que es la vergüenza nacional de nuesto país es aumentar la estabilidad de los contratados temporales (y precarios) pero sin sacrificar lo que en Bruselas llaman el dinamismo y aquí la patronal llama flexibilidad.
Para seguir la pelea de barro que se traen el Gobierno socialista y el minigobierno morado también hay que usar el traductor simultáneo, verán. Nadia Calviño, ayer, sobre la reforma laboral:
"No es sólo Yolanda Díaz la que sufre por los problemas de la gente. Ya está bien de que sea ella quien se cuelgue las medallas cuando en la negociaciones participamos todos. Hombre. O mujer".
Esto irrita mucho al Gobierno socialista: que el minigobierno morado siempre quiera quedar como el más sensible, el más concienciado y el más de izquierdas
Esto irrita mucho al Gobierno socialista: que el minigobierno morado siempre quiera quedar como el más sensible, el más concienciado y el más de izquierdas. Miren esto que dijo ayer el portavoz del PSOE Felipe Sicilia.
El Partido Socialista está harto de que Podemos se crea que la reforma laboral le pertenece. Y evidentemente el Partido Socialista ya no quiere derogar integramente la reforma laboral.
Ay, la derogación. Palabra fetiche, les decía ayer, que los socialistas ya no utilizan. Ahora haban de modernizar la legislación. Que en rigor, es mucho más fiel a lo que se está discutiendo. Hoy cuenta Carlos Sánchez en un interesante artículo en El Confidencial que, en la práctica, casi todos los aspectos más polémicos de la reforma de 2012 ya se han abandonado o corregido. Se trata ahora de modernizar, o modificar, la legislación como se modificó en 2012 y como se había modificado en 2010. Las dos veces, por cierto, con la oposicón de los sindicatos y con dos huelgas generales.
"A pesar de Calviño, derograré lo que se me ponga por delante"
Aplíquemosle ahora el traductor simultáneo a la vicepresidenta Díaz: "Estoy de Nadia Calviño hasta las orejas. Y Sánchez es un veleta porque a mí me prometió que esto era cosa mía".
Con el traductor se entiende todo mucho mejor. A Calviño la señora Díaz le ha cambiado el nombre. Ahora se llama ‘una parte del gobierno’. Menos mal que no es un debate de personas, como dice la ministra de Trabajo. El sábado en lo de Comisiones Obreras ya mencionó a Calviño sin nombrarla, acuérdese, cuando dijo que habrá derogación: "A pesar de Calviño, a pesar de Calviño, a pesar de Calviño. A pesar de Calviño, que es más de derechas que Teodoro García Egea, derogaré lo que se me ponga por delante".
Quién es Calviño, para los de Podemos, sino una infiltrada de la patronal en el Gobierno, despiadada, cruel y deseosa de que las limpiadoras de los hoteles sean explotadas.
Quién es Calviño, para los de Podemos, sino una infiltrada de la patronal en el Gobierno, despiadada y cruel
Esto no necesita traducción. Y por cosas como ésta es por lo que el debate de modelo, que dice la señora Díaz, se ha convertido en una bronca entre personas. Porque las alusiones, se camuflen más o se camuflen menos, son directas y personales. Y porque el pulso de Podemos ya no es a la señora Calviño. Es al presidente que ha puesto a Calviño a supervisar todo lo que tenga que ver con Bruselas.
Es al presidente al que Díaz le está diciendo que pactó con ella manos libres para negociar la reforma laboral con patronal y sindicatos. Me dijiste que sí y ahora te arrugas, como hiciste con las eléctricas. Y yo voy para presidenta, que me lo ha dicho Iván Redondo.
"Vocación de consenso. Que empiece por alcanzar el consenso que no tiene dentro de su Gobierno"
Sánchez proclamó ayer, con el italiano delante, que esta reforma o se hace con consenso o no se hace.
Vocación de consenso. Si de verdad aspira a ello, que empiece por alcanzar el consenso que hoy no tiene dentro de su Gobierno. Y después podremos preguntarnos si esta promesa significa que sólo habrá cambio de normas laborales si lo bendicen tanto los sindicatos, que tienen en la ministra a su mayor valedora, como las patronales, a las que antes se dijo que no habría ninguna medida laboral sin consenso y se les impuso la subida del salario mínimo.
Toda esta historia del carajal gubernamental sería muy entretenida si no fuera porque está en cuestión, ahora mismo, que haya un Gobierno capaz de cumplir con los compromisos que adquirió con la Comisión Europea para la recepción de los recursos económicos a los que está supeditado todo el plan de recuperación. Si no fuera porque las perspectivas económicasse están complicando, con rebaja de optimismo del Banco de España o de la Airef, con incremento desbocado del coste de la energía y una crisis de abastecimiento que amenaza la recuperación del empleo, tres millones y medio de españoles hoy parados. Y si no fuera, en fin, porque el tiempo va pasando y Sánchez no va a poder mantener mucho más el ni contigo ni sin ti tienen mis males remedios, Yolanda.
Va a ser un espectáculo el Consejo de ministros de hoy, que se anunciaba como el de la feliz aprobación del proyecto de ley de Vivienda y va a ser el de la Guerra Fría
La reunión que montaron ayer el PSOE y Podemos en el Congreso para intentar reconducir la crisis dejó las cosas como estaban, con el matrimonio peleado pero sin amago de divorcio, que se sepa. Ambas partes destacan que no se tiraron de los pelos ni se rompieron las piernas unos a otros, lo cual les lleva a concluir que fue cordial y se animaron mutuamente a seguir dialogando, cuelga tú, no cuelga tú.
La reunión es un paripé porque este nudo lo tendrán que deshacer los de siempre: Pedro y Yolanda. Y ellos, por ahora, no se han reunido para decirse cuatro cosas.
Todo sigue en el aire. Va a ser un espectáculo el Consejo de ministros de hoy, que se anunciaba como el de la feliz aprobación del proyecto de ley de Vivienda y va a ser el de la Guerra Fría.