Marta García Aller: "No es sorpresa sino paradoja, que al final a la amnistía le salga una linea roja"
Marta García Aller reflexiona sobre el 'no' de Junts a la ley de amnistía que se votaba ayer en el Congreso y que, tras su rechazo, deberá volver a la Comisión de Justicia.
Al final Junts votó no a la ley de amnistía. Votó no a que se aprobara el mismo texto que hace una semana dijo que sí. Y andan en el PSOE sorprendidos. Es absolutamente incomprensible, dicen. Les sorprende que los que se saltaron la Constitución les pidan ahora algo que se salta la Constitución. Eso sí que es sorprendente, que se sorprendan de Junts siendo Junts.
El partido del principal beneficiario de la amnistía impide que se apruebe la ley de amnistía. No significa que no se termine aprobando, pero Junts gana 15 días para seguir enredando. Por ahora se les queda corta. No les da la suficiente impunidad. Quieren una amnistía integral, integral, de masa madre.
¿Va a mantenerse firme el PSOE? ¿Cederá Junts? ¿O saltará la legislatura por los aires?
La ley no ha salido porque Puigdemont exige que la amnistía incluya los delitos de terrorismo, todos los tipos de terrorismo. Tantos esfuerzos del Gobierno en diferenciar tipos de terrorismo para nada, porque los quieren todos. También con violencia. Y, ya puestos, alta traición, también. No sea que la trama rusa no sea tan descabellada. Les importa tanto que la amnistía parezca constitucional como la gobernabilidad de España: un comino.
A ver si va a resultar que no era una cuestión de concordia, ni de perdonar al bedel del colegio que puso una urna ni a ese mil y pico de imputados que servían de coartada para que no pareciera un intercambio mucho más sencillo: siete votos para Sánchez por la impunidad de Puigdemont.
Muchos indepes que ni cometieron actos violentos ni contactos con el Kremlin no entenderán bien que esta ley de amnistía no se aprobara. No lo entenderán si se creyeron que la amnistía era de verdad para ellos, como sorprendidos andan los socialistas que se creían lo de la concordia. Y al final resulta que a Junts solo les importa la impunidad de Puigdemont y cuatro más. Por mí, por todos mis compañeros, pero por Waterloo primero.
¿Moraleja?
No es sorpresa sino paradoja, que al final a la amnistía le salga una linea roja.