Marta García Aller: "Que no nos venga la FIFA con lo de la conciencia medioambiental"
Marta García Aller reflexiona sobre el Mundial de Fútbol 2030 que se celebrará en seis países y en tres continentes distintos: España, Portugal, Marruecos, Argentina, Uruguay y Paraguay.
Si el del 82 fue el Mundial de Naranjito, el de 2030 será el Mundial del jetlag. El Mundial de Fútbol de 2030 lo organizará España, pero no será en España. No solo. En realidad se disputará en seis países y en tres continentes distintos. Y tendrá seis equipos anfitriones que se clasificarán de manera automática para la fase de grupos: España, Portugal, Marruecos, Argentina, Uruguay y Paraguay.
Será el Mundial del jet lag porque nada más celebrarse los partidos inaugurales en Latinoamérica, los jugadores tendrán que coger corriendo un avión para venirse a jugar a España, Portugal y Marruecos. Quién nos lo iba a decir cuando lo de sumar a Marruecos ya parecía un lío.
Pues ahora en vez de dos continentes van a ser tres, cinco husos horarios y dos estaciones del año distintas. Los jugadores empezarán el torneo en invierno en Montevideo y lo terminarán en verano en Madrid. Los hinchas que quieran seguir el campeonato tendrán que viajar miles de kilómetros varias veces, entre ronda y ronda de clasificación. Eso sí, hay muchas federaciones sacando tajada.
De la huella de carbono ni hablamos. Que no nos venga la FIFA con lo de la conciencia medioambiental y la lucha contra el cambio climático. Cabe dudar que les preocupe incluso el fútbol o, al menos, el bienestar de los jugadores que muy descansados no van a estar. Van a tener que prepararse para jugar en invierno y en verano, a la altura del nivel del mar y cerca del desierto.
Me recuerda a la película aquella que parodiaba el turismo exprés. Pero en vez de ‘Si hoy es martes esto es Bélgica’, ‘Si hoy son los Cuartos esto es Lisboa’.
Por lo menos en ninguno de estos países se le da latigazos en público a la gente, como pasaba en la última sede. Eso ya es un avance para los estándares que la FIFA ponía últimamente a sus sedes. Y, mirándolo por el lado bueno, si sale bien España siempre podrá presumir que fue la que organizó este Mundial. Y si sale mal, podemos echarle la culpa al jet lag.
¿Moraleja?
Organizar un Mundial en tres continentes, no parece lo más conveniente.