Marta García Aller: "Mientras no haya igualdad en casa es difícil que la haya en el trabajo"
Marta García Aller reflexiona sobre las conclusiones de la Premio Nobel de Economía, Claudia Goldin, al respecto de la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres.
La brecha salarial existe. Lo demuestra Claudia Goldin, la profesora de Harvard que acaba de ganar el Premio Nobel de Economía por ello. Ha estudiado por qué hombres y mujeres no ganan lo mismo por un trabajo similar y cómo ha cambiado el trabajo de las mujeres en los últimos 200 años. Entender la brecha puede ayudar a solucionarla.
Goldin descubrió, por ejemplo, que la incorporación al trabajo no ha sido tan progresiva como se creía. A finales del siglo XVIII había más mujeres casadas en trabajos remunerados que en el XIX (en ciudades como Filadelfia), porque los horarios de las fábricas complicaron combinar trabajo y cuidados familiares.
Y hoy en día, nada más terminar la universidad, hombres y mujeres tienen un salario similar, las brechas son pequeñas. Pero, y es un pero enorme, unos 10 años después de graduarse la brecha vuelve a crecer. Cambia uno o dos años después de que empiezan a formar una familia.
Sus estudios demuestran que las mayores diferencias entre hombres y mujeres, sobre todo aquellas que tienen títulos superiores, es que son ellas las que están de guardia con los hijos. Ser la persona de guardia no significa estar todo el día en casa, significa que si un día hay que llevar al niño al médico eres tú quien deja ese día el trabajo. Y los trabajos mejor pagados, los que Goldin llama ‘trabajos codiciosos’ penalizan tal cosa. Cuando en las oficinas se valora más estar muchas horas presente en vez de cómo de productivo eres, eso pasa factura a las mujeres.
Parece obvio, ¿no? Pues hasta que Goldin no se puso a investigarlo, no lo estuvo. El debate académico no estudiaba estas cosas.
Así que mientras los trabajos mejor pagados hagan difícil compaginar una carrera de éxito con ocuparse de la familia, ser madre penalizará. Mientras el presentismo, estar más horas por estar en la oficina, esté bien visto, son los hombres los más beneficiados. Y mientras las tareas familiares no se repartan igual, ellas sacrificarán más su carrera. Mientras no haya igualdad en casa es difícil que la haya en el trabajo. Y eso también compete a las empresas.
¿Moraleja?
Que siga existiendo brecha salarial es una injusticia monumental.