Marta García Aller: "Legalizar los regadíos en Doñana, son votos para hoy y sequía para mañana"
Marta García Aller reflexiona sobre la ley que pretende sacar adelante el PP andaluz para legalizar cultivos de regadío en la zona del Parque Natural de Doñana, una norma que se enmarca en un contexto de grave sequía a nivel nacional.
No es tan novedoso. Prometer algo que no se tiene es algo muy típico de las campañas electorales. Pero unas veces es más peligroso que otras. Prácticamente toda España está en medio de una sequía extrema. Falta cada vez más agua y suben las temperaturas. Los embalses están bajo mínimos. El año pasado ya fue el tercer año hidrológico más seco desde que existen registros fiables. España entró en sequía en diciembre y este año la cosa empeora. Este marzo fue el más cálido y con menos lluvias del siglo XXI.
Los agricultores están alertando de que el sector agrario sufre una crisis sin precedentes. Especialmente en comunidades como la andaluza, donde la sequía ya se ha cargado la campaña de cereales y ha mermado otras campañas como la del olivar y los cultivos forrajeros que necesita la ganadería. Eso se suma a la falta de pastos por la falta de lluvia. Van dos años seguidos ya que no se siembra en el Guadalquivir. Al campo le falta agua y en las fruterías sobran los precios.
¿Y qué pasa cuando hay una sequía en año electoral? Que si el agua no llega del cielo, llega como promesa. Y como proposición de ley. El Parlamento andaluz acaba de aprobar la tramitación por la vía de urgencia de la proposición de ley para ampliar los regadíos en Doñana. Y eso pese a las amenazas de la UE de multar a España si se legalizan más regadíos en medio de esta sequía que pongan en más peligro todavía el ecosistema del parque natural. Además de la Comisión Europea, también se opone el Gobierno central, la comunidad científica, el CSIC, el director del Consejo de Participación de Doñana y las asociaciones ecologistas.
La medida busca legalizar cultivos hasta ahora ilegales en el parque nacional, en estado crítico por la sobreexplotación de los acuíferos y la falta de lluvias. Doñana se seca. Pero a los agricultores onubenses les prometen que las fresas se van a poder seguir regando. El nuevo proyecto de ley dice que el agua de las parcelas recalificadas para el regadío deberá provenir “preferentemente” de la superficie, no del acuífero del Parque Nacional. Una palabra clave es preferentemente. La otra, sequía.
¿Moraleja?
Legalizar los regadíos en Doñana, son votos para hoy y sequía para mañana.