La primera de la mañana

Marta García Aller: "Entre Lampedusa y Venecia, a Europa le cabe toda su incoherencia"

Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre la situación migratoria en Europa y sobre el "viaje relámpago" que hicieron Meloni y Von der Layen a la isla de Lampedusa en el que el piloto del avión no tuvo ni que apagar los motores.

Marta García Aller

Madrid | 18.09.2023 07:44

En Venecia, el número de camas disponibles para los turistas ha superado por primera vez el número de vecinos residentes. Ya son más los que van de visita que los que la habitan. Entre tanto, en otra isla italiana, la isla de Lampedusa, ya son más los migrantes que llegan buscando refugio que los residentes. Dos mundos, un mismo país.

Unas 12.000 personas de las que cruzan el Mediterráneo jugándose la vida desembarcaron la semana pasada en Lampedusa, que tiene 6.000 habitantes.

En uno de los barcos llegaba también el cuerpo de un bebé que murió poco después de nacer y fue colocado en un ataúd blanco y trasladado al cementerio de la isla el sábado por la mañana. La semana pasada, un niño de cinco meses se ahogó durante una operación de rescate. Llegó también, con vida, Musa Adam, un sudanés que le contó al Guardian que su sueño es llegar a Inglaterra y terminar sus estudios de Medicina.

Estos días las calles de Lampedusa estaban totalmente desbordadas. Pero la mayoría de gente ya había sido trasladada a otros centros en Italia para cuando llegaron de visita, este fin de semana, Giorgia Meloni y Ursula Von der Leyen, la primera ministra y la presidenta de la Comisión Europea.

La última crisis ha reavivado el debate sobre cómo se reparten en la Unión Europea los fondos y las responsabilidades para gestionar la inmigración y reabre dudas sobre cómo se están gestionando los acuerdos con los países del norte de África. Mientras Meloni reclama mano dura y más repatriaciones, Von der Leyen promete luchar contra las mafias que trafican con personas, y también pide al resto de estados miembros que acojan voluntariamente a los que buscan refugio, pero concretar, lo que se dice concretar, no ha concretado.

El viaje de Meloni y Von der Layen fue tan breve que el avión oficial que las llevó a Lampedusa ni siquiera apagó los motores. Ha sido un viaje relámpago, en el que ha dado tiempo a poco más que a hacerse la foto, como el de la mayoría de los miles de turistas que llegan a diario a Venecia.

¿Moraleja?

Entre Lampedusa y Venecia, a Europa le cabe toda su incoherencia.