Marta García Aller: "La inteligencia artificial va a tal velocidad, que deja atónita la realidad"
Marta García Aller reflexiona sobre el último sistema de la inteligencia artificial, Sora, que genera vídeos hiperrealistas de cualquier cosa descrita por texto.
Lo último de la inteligencia artificial vuelve a ser sorprendente. Mucho. OpenAI, la empresa de ChatGPT, acaba de presentar un nuevo sistema que ha vuelto a dejarnos a todos con los ojos y la boca muy abierta. Conocíamos ya los sistemas que escribían textos e imágenes de cualquier cosa que les pidieras. Lo último es el nuevo sistema generador de videos instantáneos. Hace un video realista de cualquier cosa que le pidas por escrito. Y la verdad es que parecen sacados de una película de Hollywood.
Hay mamuts lanudos trotando por un prado nevado, un monstruo muy tierno mirando una vela que se derrite y una escena callejera de Tokio aparentemente filmada por una cámara que recorre la ciudad junto al río. De momento son vídeos muy breves pero muy muy realistas. Para la escena de los mamuts trotando en la nieve, por ejemplo, las indicaciones le pedían que el sol fuera cálido y la cámara les filmara desde abajo con gran profundamente de campo. Y es exactamente así. Solo que en realidad no hay cámara. Ni nieve. Ni mamuts. Todo es creación de inteligencia artificial.
Una inteligencia artificial generativa que todavía no está puesta a disposición del público porque la empresa dice que está analizando sus riesgos. Y son tantos que no sabría por dónde empezar. También lo son las oportunidades.
Aún no hemos terminado de entender cómo va a cambiar el mundo tener un sistema como ChatGPT que te genera textos de cualquier cosa que le pidas y ya tenemos aquí la versión video. Le puedes pedir que te haga cualquier escena. Y voilà. Ahí está. No hace falta saber diseño gráfico, ni montaje, ni coger una cámara. ¿Aumentará esto el valor del contenido audiovisual generado por humanos o lo volverá una excentricidad, una reliquia, un lujo? ¿Dejaremos de saber qué es real? ¿Importará?
OpenAI llama a su nuevo sistema Sora, en honor a la palabra japonesa que significa cielo. El cielo es el límite, que dicen los americanos para decir que los límites no existen.
¿Moraleja?
La inteligencia artificial va a tal velocidad, que deja atónita la realidad.