Irene Vallejo en La ínsula: "Hay que cuidar las palabras que utilizamos porque la democracia al final es un diálogo"
La ínsula se traslada al Teatro La Latina de Madrid para sumarse al homenaje al Teatro de Más de uno. En este programa especial, Borja Sémper y Eduardo Madina han invitado a Irene Vallejo, autora de 'El infinito en un junco', para hablar sobre la teatralización de la política y el poder de las palabras.
Para celebrar el Día Mundial del Teatro, La ínsula se traslada, junto al resto del equipo de Más de uno, al teatro La Latina de Madrid. En este programa especial, Borja Sémper y Eduardo Madina han invitado a la escritora Irene Vallejo, autora del exitoso libro 'El infinito en un junco' para hablar de la teatralización de la política y el valor de las palabras en la sociedad contemporánea y la clásica.
La autora de 'El infinito en un junco', un libro que habla sobre la historia de los libros, confiesa que el éxito de su trabajo ha sido toda una sorpresa: "Cuando lo estaba escribiendo me decían que este libro en España no tendría lectores". Sin embargo, este ensayo ha tenido una enorme acogida precisamente en un momento en el que se devalúan las Humanidades y las lenguas clásicas. Para Irene, ha tenido tanto éxito porque "es un libro sobre el presente, sobre el mundo contemporáneo, aunque sea a través de los clásicos".
El valor de la palabra
Borja Sémper hace alusión al valor de la palabra en nuestro mundo actual: "vivimos en un tiempo donde se vacía el significado de algunas palabras y donde vemos la ofensa que se produce con la palabra". Irene Vallejo confiesa que no hemos cambiado tanto con respectos a los grandes diálogos y debates clásicos: "Veo muchas semejanzas en los debates de esa democracia donde la gente también hablaba de populismos y de demagogos". Además, la escritora cita al clásico historiador Tucídices, quien decía que las palabras son un termómetro de la sociedad, y añade: "Hay que cuidar las palabras que utilizamos para construir, porque la democracia al final es un diálogo".
Madina coincide con los dos en que actualmente se ha producido "una devaluación del lenguaje y las palabras han perdido vigencia". Irene Vallejo, de acuerdo con él, apunta que, al menos en la democracia la gente que está descontenta puede utilizar la palabra para quejarse, pero no ocurre lo mismo en los demás regímenes.
La teatralización de la política
"La dialéctica política está siempre en un tono enfadada", comenta Sémper sobre las formas de los políticos de debatir. En relación al ambiente político actual, Vallejo recurre al pasado: "Lo que me gusta de los diálogos socráticos es que la gente no solo habla, sino que está dispuesta a cambiar de opinión”, comenta para enfatizar que no basta dialogar, sino que debemos estar dispuestos a cambiar nuestras opiniones sobre ciertos temas.
El teatro clásico era el lugar donde se debatían las cuestiones públicas y políticas. Por ejemplo, la clásica obra 'Antígona', presentaba al público el debate entre obedecer a las convicciones o a la ley, y en 'Las Troyanas' se hablaba sobre cómo tratar a los vencidos.
Irene Vallejo explica que estas cuestiones políticas se trataban tanto en la tragedia como en la comedia clásica. De hecho, "en cuanto la democracia ateniense empezó a flaquear, el primer encontronazo que tuvo fue con la comedia", dice la escritora. En los mejores momentos de la democracia ateniense"no había limitaciones al humor ni piedad con los políticos, se reían todos", explica. Sin embargo, continúa Vallejo: "cuando empezó a flaquear la democracia ya empezaron a hacer leyes para proteger el honor".
"El verdadero humor transformador es el que ridiculiza y hace sátira del poderoso”, comenta Sémper, y coinciden en que en los regímenes políticos hay muchos más problemas con la comedia que con los dramas. "Es en el humor donde choca la política porque la comedia es muy peligrosa y subversiva", añade Irene Vallejo.