Historia de un bosque
Todavía hay lugares donde parecería que jamás hubiera estado por allí un ser humano. Incluso en la vieja Europa siguen existiendo parajes así, donde es posible cruzarse con bisontes.
Es el bosque más antiguo de Europa. Y es un lugar donde, además de bisontes, también pueden verse linces boreales. Pero en una parte de esa inmensa frondosidad, entre la espesura de la floresta, se llega hasta un lecho que tiene aspecto de cementerio vegetal. En esa parte miles de robles sucumbieron, por lo que todo ha quedado repleto de hojas podridas que parecen crespones. Y sobre ellas, desbaratadas, se ven multitud de ramas quebradas.
La sensación allí es de soledad humana. Sin embargo, no estamos solos: un micromundo subterráneo se remueve sigilosamente por debajo. Hay hongos de multitud de especies que solo brotan en esa parte del bosque autóctono. Y además, el viento lleva el rumor de los pájaros.
Es un rincón del planeta Tierra donde hay especies raras de búhos y carpinteros. Los que saben de bosques cuentan que hay más vida en una conífera muerta que en una conífera viva. En ese bosque la vida no se ve, más bien se siente. Estar en un bosque primigenio da la posibilidad de sentir de otro modo la trascendencia del tiempo. Porque ese paraje pertenece a un ecosistema que procede de los últimos glaciares que se retiraron de Europa, hace más de diez mil años. Y sin embargo, y a pesar de todo, es un bosque amenazado. El peligro lo acecha.
Bialowieza está en Polonia, cerca Bielorrusia. Es un territorio superviviente de los bosques caducifolios que cubrían Europa central hace miles de años. El bosque de Bialowieza es patrimonio de la humanidad. Y sin embargo, hubo planes para permitir la tala…los hubo con el consentimiento y la connivencia del gobierno polaco. La codicia humana quería hacer negocio con árboles legendarios.
El asunto se puso tan feo que el caso llegó al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, donde se ordenó la suspensión inmediata de la explotación forestal del bosque. Ese ataque se paralizó, pero ha dejado cicatrices. Allí pueden verse los destrozos causados. Pueden recorrerse los caminos que abrió la maquinaria pesada. Cuando se cortaron miles de árboles antiguos. Seguramente, en aquel momento el espinazo de la naturaleza se retorció. Porque fueron talados árboles herederos de los primeros testigos del tiempo en este planeta.
El desafío fue enorme, el gobierno de Polonia ignoró la orden judicial. Hasta que el tribunal estableció una multa de 100.000 euros al día por cada uno de los días que se vulnerase la sentencia. Sólo la amenaza del dinero funcionó. Evidenciándose una de esas retorcidas paradojas: con un partido que se hace llamar Ley y Justicia dirigiendo el gobierno polaco. Un partido empeñado en cometer la injusticia de quebrantar un bosque primigenio. Sin embargo, la batalla de Bialowieza no ha concluido. En los mentideros de la política polaca, se escuchan posibles verdades ocultas sobre planes para proseguir con la explotación de la foresta. A pesar de que el bosque de Bialowieza sea un símbolo…de la conservación de la naturaleza, por ejemplo con la reintroducción del bisonte después de que el último bisonte libre fuera cazado en 1919. Hemos hablado en un bosque que es un paraje distinto, distinto a cualquier bosque que alguna vez hayan visto.