Raúl Torres habla de la situación tan angustiosa que se vive en la isla de Haití, tras el terremoto de magnitud 7,2 que tuvo lugar el pasado sábado 14 de julio en las regiones del suroeste del país. Un seísmo que ya deja 1.400 muertos, más de 7.000 heridos y más de 13.000 edificios destruidos.
Al drama de Haití tres días después del terremoto que golpeó la isla se le suma la alerta inicial de tsunami, la tormenta tropical Grace, el seísmo, las réplicas y las repercusiones, una situación terrorífica para el país, que está reviviendo algo que ya pasó en mayor magnitud hace diez años.
Para las organizaciones humanitarias una de las principales misiones es dar hogar a las personas que se han quedado sin casa, centrando los esfuerzos en rescatar personas y dar techo a los que lo han perdido. "La coordinación entre actores humanitarios está funcionando mucho mejor" decía, hace 10 años se hizo la mayor operación de ayuda humanitaria de la historia, pero no todos esos fondos llegaron a buen paradero, por ello hay que controlar que esas ayudas se utilicen para los medios que estén destinados.
Por las previas experiencias, se están identificando necesidades de manera conjunta y priorizando las intervenciones de cada una de las organizaciones por zonas y por sectores, lo que facilita el acceso humanitario. "El desafío logístico es el mayor reto" explicaba Torres, la ayuda internacional a llegado a través de convoyes por carretera, aunque la ruta más segura es aérea, porque las bandas organizadas también conocidas como "gangs" controlan las carreteras y por tanto los complican accesos.