Madrid |
En el barrio de Campanar, en Valencia, los bomberos llevan relevándose toda la madrugada en el empeño de apagar el incendio que se inició ayer por la tarde en un edificio de viviendas y que ha dejado al menos cuatro personas fallecidas, catorce heridas -seis de ellas bomberos- y diecinueve personas desaparecidas cuyas familias no han podido localizar.
Por el momento, las labores de extinción se centran en enfriar el edificio, evitar el desplome del mismo y poder acceder a su interior para comprobar si ha habido otras personas, además de las cuatro ya confirmadas, que no alcanzaron a salir a tiempo
Todas las administraciones están volcadas con la tarea de asistir a las familias afectadas y en respaldar el trabajo que están realizando los bomberos y demás departamentos de emergencias. El Gobierno activó ayer por la tarde el despliegue de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que había solicitado previamente el Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunidad Valenciana.
En estos momentos hay 87 efectivos de las bases de Valencia y Madrid que han estado realizando labores de apoyo en el reconocimiento exterior de la fachada con drones, también apoyo en la labor de extinción del fuego en la azotea y la iluminación de la fachada para tratar de localizar a posibles víctimas, según explica en 'Más de uno' la directora general de Protección Civil y Emergencias del Gobierno, Virginia Barcones.
A lo largo de las próximas horas y días, se irán asignando nuevas tareas a la UME y cuando se haya conseguido extinguir el incendio, los equipos deberán esperar a que se enfríe y se asiente la estructura del edificio.
Una vez ocurrido, "la UME tendrá asignadas, previsiblemente, labores de reconocimiento interior para agilizar la localización de víctimas y el apuntalamiento de estructuras para poder realizar las labores necesarias", detalla Barcones.
La directora general de Protección Civil y Emergencias prefiere no descartar un posible derrumbe del edificio debido a los graves daños en su estructura, pero se mantiene prudente en su diagnóstico: "aventurar la evolución sería un poco osado por mi parte y arriesgado".
Por supuesto, prefiere mantener la esperanza de que "no se desplome el edificio porque dificultaría las tareas de rescate". Sin embargo, ya están preparando todos los materiales necesarios para ayudar junto a la UME en el apuntalamiento de estructuras, una labor que no se realizará hasta que no esté extinguido el incendio definitivamente.