Madrid |
Tras unas duras semanas con críticas crecientes por la idoneidad de su candidatura, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha decidido este domingo abandonar la carrera a la reelección "por el interés" del Partido Demócrata y de Estados Unidos, y ofreció su apoyo a la vicepresidenta, Kamala Harris, que confirmó su intención de "obtener y ganar" la candidatura para las elecciones del 5 de noviembre.
Unos minutos después, la propia Harris aceptó responsabilidad y afirmó que tiene la intención de "obtener y ganar" la nominación demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, aunque en las primeras horas de esta histórica decisión de Biden solo unas pocas voces ofrecieron un apoyo explícito.
Kamala Harris afronta esta nueva realidad desde un cargo, el de la vicepresidencia, que la política estadounidense entiende más bien como un apoyo al presidente en lugar de una voz independiente.
Para hacerse una idea, solo 15 de los 49 presidentes estadounidenses entre 1789 y 2021 llegaron a la Casa Blanca desde el cargo de vicepresidente, y ocho de ellos lo hicieron tras asumir el poder desde la muerte de su predecesor.
En sus tres años en el cargo, Harris ha adquirido cierto papel de envergadura en dos aspectos: el control de la migración procedente de Centroamérica y la defensa del derecho al aborto, cuestión esta última que puede convertirse en su gran arma de cara a una posible nominación final porque la interrupción voluntaria del embarazo es uno de los grandes problemas de la campaña de Trump, enfrentado sobre esta cuestión con el ala ultraconservadora del Partido Republicano ya que el magnate neoyorquino tiene puntos de vista sobre el tema relativamente más aperturistas.
El resto de su identidad política, como deja entrever el comunicado de Harris, tendrá que emerger antes de la convención de agosto.
A los pocos minutos de la retirada de Biden, el matrimonio Clinton le ha concedido su respaldo sin paliativos, como también varias decenas de delegados del Partido Demócrata cuyo voto será crucial en Illinois.
La carta está firmada por medio centenar de delegados, muy lejos no obstante de los 1.968 que necesita en Illinois para garantizar la nominación final.