Claves para entender e identificar las adicciones
La adicción es solo un síntoma de algo mucho más grande, que afecta a nivel emocional a la persona que la sufre y que no entiende de razas, ni de orientaciones sexuales, ni de clases, ni de edad. En Más de uno hablamos con Javier Giner, autor del libro autobiográfico ‘Yo, adicto’, en el que narra su proceso de desintoxicación y que nos da las claves para entender e identificar a un toxicómano.
La adicción no entiende de razas, ni de orientaciones sexuales, ni de trabajos, ni de clases, ni de edad. Tampoco están limitadas solo a las sustancias estimulantes, pues no todas las adicciones provienen de lo que a simple vista es considerado como una droga: se puede ser adicto al tabaco, a la bonoloto, al deporte o, incluso, al trabajo. Actores tan reconocidos, como el fallecido Robin Williams, también la sufrieron y muchos nunca tuvieron recelos a la hora de hablar de la toxicomanía y de su manera de entender y de vivir esta enfermedad. Así lo ha hecho también el guionista, director y escritor Javier Giner, autor del libro autobiográfico ‘Yo, adicto’, en el que narra su proceso de desintoxicación desde que en el año 2009 decidió ingresar en un centro para toxicómanos y con el que hablamos hoy en Más de uno sobre las claves para entender las adicciones y el proceso de rehabilitación de un toxicómano.
Tocar fondo para un adicto
Javier cuenta que todo adicto tiene un punto de su vida en el que toca fondo y, cuando alcanzas ese momento, hay tres minutos de una lucidez desquiciada en la que te ves a ti mismo desde fuera y esa lucidez te saca de la confusión y la pesadilla en la que vives constantemente. Para él, ese instante fue cuando se encontró en una habitación de un hostal colocado, sin dinero y con tres prostitutos y llamó a su madre entre lágrimas para que le ayudara, un detalle en el que profundiza mucho en su novela sobre el descenso a los infiernos. "Ese es un momento muy importante y muy vital porque es el que de alguna manera te enfrenta a la bifurcación de elegir la vida o escoger el peor destino posible, que es la muerte", explica.
Asegura que durante todo este proceso, el toxicómano siente un profundo rechazo hacia sí mismo, porque durante esta enfermedad, tu personalidad está absolutamente sepultada y es como si alguien tomase el volante y se hiciese con tu vida y con tus actos. "Tú realmente no quieres hacer eso porque un adicto es una persona que aún queriendo parar de consumir no es capaz de hacerlo", comenta. Giner explica que cuando de repente te ves desde fuera, el juicio hacia ti mismo es implacable, y puedes llegar a pensar que eres un monstruo, que no tienes futuro o que te mereces todo lo malo que te pase: "La autoestima está absolutamente arrasada y parte de la recuperación consiste en reconstruir a esa persona a la que las sustancias o las actividades adictivas han borrado del mapa".
"Tener una toxicomanía es un síntoma, la enfermedad real es emocional"
La adicción es solo una parte de una enfermedad que es mucho más grande. Así lo explica Giner, que asegura que ni las drogas, ni el alcohol, ni las actividades adictivas son el problema. "Tener una toxicomanía es un síntoma, no es la enfermedad. La enfermedad es todo aquello que evitas, que no quieres sentir, con lo que no quieres conectar, que te lleva a usar eso para escapar de ahí", argumenta.
Relata que el verdadero problema es algo emocional, mucho más profundo, y que por eso el proceso de desintoxicación puede llegar a ser tan lento: "Desintoxicarse no es dejar de consumir, eso es abandonar el síntoma". Una vez dejas de consumir durante el proceso de deshabituación, explica, aparece lo que él llama 'el kraken', nuestro monstruo interno, en el que aparecen las creencias, las exigencias, las herencias familiares, los complejos, las inseguridades, las dudas hacia ti mismo o los complejos, que representan la verdadera enfermedad de la persona.
En su libro, cita a T.S. Elliot, que dice que "hay momento de tu vida en los que te encuentras en la carretera con muchas piezas delante tuyo y tienes que darle forma a esas piezas para saber salir que va a salir de ahí". Admite que lo que hacen en una clínica de desintoxicación es eso: te privan del síntoma porque dejas de consumir y de repente aparecen "piezas que forman parte de ti" y lo que haces al desintoxicarte es ordenarlas.
¿Cómo llega alguien a la adicción?
La adicción es probablemente de las enfermedades más transversales que existen porque no entiende de razas, ni de orientaciones sexuales, ni de trabajos, ni de clases, ni de edad. Además, se llega de la forma más absurda posible, según Giner. "Yo empecé a consumir drogas y durante muchos años, yo mantuve un 'consumo responsable'", señala. Sin embargo, considera que la parte mala de las drogas es que en un primer momento te dan lo que tú buscas. "Si tú eres una persona insegura y empiezas a consumir, las drogas te dan esa gratificación que tú necesitas desde fuera y, en un momento dado, eso se convierte en una traición y en un secuestro. Es cuando la persona deja de tener control y empieza la parte adictiva", relata.
"Toxicómanos somos todos"
Insiste en que, aunque hay personas que llegan a no tener ningún problema con eso, lo cierto es que es una ruleta rusa porque, de repente, eso se te puede ir de las manos con total facilidad. Alega que toxicómanos somos todos y achaca esta gran variedad de tipos de toxicomanía a una sociedad adicta por la inmediatez: toxicómanos a las redes sociales, al deporte, a fármacos legales. "Me está escribiendo mucha gente que no tiene nada que ver con un trastorno de adicicón profesional como el que yo tuve y que se ven absolutamente reflejados con mi libro. Para mí es muy importante hablar de la adicción porque vivimos rodeados de ella y no tenemos las herramientas necesarias para identificarla bien", reitera.
La escala de las adicciones
Sobre la escala de las adicciones, por las cuales una pequeña adicción te puede enganchar a otra, explica que es muy difícil encontrar adicciones individuales. En su caso, asegura que el alcohol era un facilitador a la cocaína y, a su vez, la mezcla de estas sustancias también le llevaban a un comportamiento adictivo al sexo. "Este año cumpliré 13 años abstinente y aún así, en mi día a día, encuentro comportamientos adictivos, con tonterías como el Twitter o Instagram. Ahora mismo ya veo estas cosas como alarmas", describe.
La experiencia de Lola, una enfermera adicta al alcohol
Además, hablamos con Lola, una ex enfermera que fue durante muchos años adicta al alcohol, hasta que decidió ingresar en Proyecto Hombre para alejarse de este problema que había hecho que perdiera parte de su vida. Todo empezó cuando ella no pudo gestionar una serie de temas personales y familiares, lo que le llevó a empezar a beber más habitualmente, pero no se dio cuenta de que tenía una adicción. Declara que para ella su punto de inflexión fue cuando su familia se lo dijo y se dio cuenta de que tenían razón. Al contrario que mucha otra gente, Lola no tuvo ningún inconveniente en buscar ayuda, algo que le ha ayudado a ser más feliz. "A mi familia no les he pedido disculpas nunca, porque creo que la mejor disculpa es no volver a caer en la adicción", comenta, y añade que dejar la adicción no solamente ha contribuido a que ella recupere su vida anterior, sino también su vida con su familia.
Sobre su proceso en Proyecto Hombre, dice que la trataron muy bien y que vio cómo esta enfermedad puede sufrirla cualquier persona, desde ella, que en su momento tenía 64 años, hasta jóvenes que podrían haber sido sus nietos. Durante la rehabilitación, dice, se dio cuenta de que dentro del mundo de las adicciones hay personas maravillosas y agradeció tanto a Proyecto Hombre todo lo que hizo por ella que ahora trabaja como voluntaria.
¿Cómo reconocer en uno mismo una adicción?
Las claves para poder reconocer la adicción en uno mismo nos las da Gabriel Rubio, jefe de psiquiatría del 'Hospital 12 de octubre' en Madrid, que asegura que no es algo fácil de conseguir porque "hay tantas maneras de convertirse en adicto como personas, igual que hay tantas formas de recuperación como adictos". Considera que muchas de estas adicciones comienzan en momentos de la vida en los que uno quiere probar y experimentar sensaciones nuevas, como en la adolescencia, y que en un principio, uno no es dependiente de estas sustancias.
El inicio de una adicción: utilizar algo para mejorar su estado emocional
Sin embargo, el verdadero problema viene cuando se atraviesa una línea roja en la que uno empieza a depender de algo. "Cuando uno empieza a utilizar la sustancia para reponerse de estados emocionales negativos, esa es una línea roja que si se sigue atravesando es cuando la sustancia comienza a tirar de ti y el usuario pierde el control", explica.
La familia y los amigos, una pieza clave en el proceso de identificación de la adicción
La mayor parte de las veces los amigos, las familias o los médicos son los que dan las primeras pistas y la mayor parte de las veces la respuesta del adicto es negarlo. "Cuando uno se desintoxica, se da cuenta de que había señales e indicios de adicción", argumenta. Por eso, Rubio considera que es importante concienciar sobre esto, porque son los familiares, los amigos y los profesionales los que pueden poner delante de la persona que se está enganchando esas pistas para que el otro se pueda dar cuenta.