Anabel Montes (Médicos Sin Fronteras): "Han aumentado las trabas administrativas para impedir la ayuda a las personas migrantes"
La exresponsable de rescates de Médicos Sin Fronteras, Anabel Montes, denuncia en 'Más de uno' los discursos de odio que existen contra las personas migradas y refugiadas, quienes "simplemente buscan una vida mejor" y critica el aumento de las trabas burocráticas para impedir la ayuda a estas personas.
En abril el gobierno italiano de Giorgia Meloni aprobó un "estado de emergencia" para agilizar la expulsión de inmigrantes y endurecer su entrada en el país. En lo que va de año, la llegada de inmigrantes a las costas italianas se ha multiplicado. Sólo en los tres primeros meses de este año han llegado 30.000 personas, cuatro veces más que en 2022.
Ayer mismo fueron rescatados 200 inmigrantes en el Mediterráneo central. Un buque mercante auxilió a 104 personas que iban a la deriva en dos barcazas. Horas antes, otros 86 inmigrantes llegaban a Calabria después de ser rescatados por la Guardia Costera.
Anabel Montes ha sido hasta esta misma semana la responsable de búsqueda y rescate a bordo del buque humanitario Geo Barents, de Médicos Sin Fronteras, que navega en el Mediterráneo central tratando de rescatar personas migrantes en peligro. Su despedida, cuenta, fue "muy emotiva" porque supone cerrar un capítulo de su vida donde ha trabajado durante siete años y medio.
El peso del odio en las redes para la salud mental
Este punto y aparte en la labor humanitaria se debe a "un cúmulo de circunstancias" de las que destaca la "intensidad absoluta" de esos años. "El peso de los rescates, de las vivencias y, también, el peso del odio en las redes, me pasó factura a nivel mental", cuenta Anabel, quien tuvo que acudir a terapia para poder hacer frente a todo esto.
Asimismo, considera de vital importancia dar un paso al lado para dejar espacio para que el resto de las personas puedan seguir estando. En definitiva, "el hecho de que tú pierdas la vida no quiere decir que otras personas la vayan a ganar", asegura.
El objetivo del odio son las personas migrantes
El objetivo final del odio en las redes son las personas migrantes que ONGs como Médicos Sin Fronteras se encargan de rescatar y ofrecer un futuro. Según explica Anabel, lo canalizan a través de personas como ella, "pero no es ni más ni menos que una muestra del odio que se tiene a las personas migradas, refugiadas, que simplemente buscan una vida mejor".
Una muestra del odio que se tiene a las personas migradas, refugiadas, que simplemente buscan una vida mejor
Se trata de un discurso del odio generalizado que, aunque para Anabel únicamente son palabras, "para otras personas son acciones que tienen repercusiones directas en lo que puede ser su vida o no". Todo ello conlleva un altísimo nivel de frustración por lo poco que se puede hacer para combatirlo.
Denuncia las trabas burocráticas para impedir la ayuda
Aunque "el odio siempre ha existido", en los últimos años Anabel ha sido testigo de cómo se han intensificado las trabas administrativas, burocráticas y estatales, unas trabas, que forman parte de ese odio, para "impedir la ayuda a estas personas".
Al final, asegura, "el aliento que nos hace seguir trabajando es simplemente el trabajo en sí mismo; el respeto a los Derechos Humanos y la intencion de combatir cualquier injusticia".
Bonitos instantes en mitad del drama migratorio
A pesar de las dramáticas situaciones que ha vivido, predominan los bonitos instantes. Anabel recuerda un momento que sucedió hace años, cuando tras una operación de rescate una madre estaba con su hijo y preguntaba por su marido, que estaba en otro barco que no habían rescatado. "No le podíamos decir nada porque no teníamos información más allá de que no estaba a bordo", cuenta.
Tengo el recuerdo de la mujer y el niño corriendo y dándose un abrazo allí en medio
Al día siguiente, una embarcación militar irlandesa que realizó un rescate, les traspasó a todas las personas rescatadas para llevarles a puerto. Entre las personas, estaba el marido y padre del niño.
"Tengo el recuerdo de la mujer y el niño corriendo y dándose un abrazo allí en medio", dice Anabel, quien asegura que ninguno de los presentes pudieron evitar llorar "de felicidad pura"