En 2012 se acogió a un programa gracias al cual ha podido estudiar y trabajar pero no salir del país. En estos 9 años que lleva lejos de su familia, sólo ha podido rozar sus dedos con los de su hermana y su madre a través de la valla que separa San Diego de Tijuana en el llamado Parque de la Amistad.
Dice Gabi, así es cómo la llaman, que la última vez que las vio fue con 16 años y ahora es madre y tiene una familia…Lo dice porque espera en ese lugar, el único de una valla que la patrulla fronteriza estadounidense ha abierto sólo tres veces en su historia. La última vez hace unos días para un encuentro de tres minutos de duración entre 6 familias separadas a ambos lados. Entre ellas la de Gabi, cuya hermana, Susana, no podía ocultar su emoción.
Se abren las puertas; a un lado Gabi con su pequeño, al otro, Susana y la madre de ambas, María del Carmen, que no para de abrazar a su hija entre lágrimas de emoción
Lágrimas que contagian incluso a los guardias que vigilan la frontera…Tres minutos después, el sentimiento es agridulce: "Tenía una foto de mi madre cuando la dejé y ahora la veo distinta, no es la misma imagen pero sí existe la misma conexión que había antes. Mi corazón se ha roto porque las he vuelto a dejar atrás".