El pasado jueves se cumplieron 17 años del atentado del 11M, en el que los terroristas colocaron explosivos en cuatro trenes de Madrid, con el único fin de matar al mayor número de personas.
A consecuencia de los atentados, murieron 193 seres humanos, el último en 2014 tras permanecer en coma 10 años.
Los jóvenes de hoy, que no vivían la vida intensa en 2004, no tienen en su memoria aquel acontecimiento. Nadie se ha preocupado de contarlo en los colegios y universidades. "Una desgracia incomprensible. Las víctimas se merecen estar en nuestra memoria y el Estado debe preocuparse de ello", afirma Rueda.