Cuatro de cada cinco consumidores se decanta por el plátano de Canarias frente a las bananas con diferentes denominación de origen. Además hay un elemento más que diferencia al plátano de Canarias, es su huella de carbono. Acredita un nivel mínimo 5 veces inferior al de su competencia directa, refuerza su calidad diferenciada en el mercado.
Poner a disposición de los consumidores una identificación de la huella de carbono de los alimentos es una vía para retomar una alimentación más responsable con el medio ambiente y reforzar las ventajas de los productos de cercanía.
Desde plátano de Canarias apuestan por que haya un indicador de referencia de sostenibilidad que explique al consumidor si el producto es o no contaminante y en qué grado lo es, tal y como explica Sergio Cáceres.
.El bajo impacto ambiental del cultivo del plátano en Canarias se ha puesto de manifiesto con un valor de huella de carbono de 195,16 gramos de CO2 por kilogramo de fruta, lo que lo sitúa en los niveles de mayor sostenibilidad acreditada de su categoría.
Las buenas prácticas de campo, a través de la conservación del suelo como recurso, así como uso eficiente de los recursos y la gestión integrada de plagas han sido elementos clave para la obtención de dichos resultados que, a su vez, certifican que el cultivo tradicional que conlleva el plátano en Canarias tiene efectos muy positivos no sólo en su calidad sino también para su entorno.