El monólogo de las ocho: "En la semana decisiva de la campaña en Cataluña, una OPA sobre el Banco Sabadell es una invitación a la catarsis"
El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre la OPA hostil que ha lanzado el BBVA para comprar el Sabadell.
Madrid |
Más hostil que la OPA ha sido la reacción con la que se ha topado. Desde el Consejo de Ministros a la comunidad de vecinos no ha habido instancia que se haya privado de expresar su opinión acerca de la operación por la que el BBVA pretende hacerse con el Banco Sabadell.
Lo que sorprende de las opiniones es lo rocosas que son. No se aprecia ni una fisura por donde se cuele la duda. La inmensa mayoría son catastrofistas y reclaman una oposición férrea a la operación. En lo que difieren es en las razones, porque llaman razones a lo que generalmente son intereses.
Estos son los hechos. El BBVA ha decidido ir por las malas, después de que el Consejo del Sabadell le cerrase la puerta en la narices. Lo que ha hecho es dirigirse al resto de los accionistas del Sabadell con la misma oferta que rechazó su Consejo. Y su anhelo es seducir al menos a 50,01% de los mismos. Si lo consiguen aún les quedaría vencer las resistencias de la administración y de una legislación que deja en manos del gobierno la autorización de un opa de esta naturaleza. Esto lo contaba en rueda de prensa el Consejero Delegado del BBVA, Carlos Torres, que no se plantea dimitir en caso que fracase. ¿Y si sale? Reconoce que habrá una reducción de plantilla pero promete que será en unas condiciones muy favorables.
A lo que desde luego no ha atendido el BBVA es al criterio de oportunidad, porque en la semana decisiva de la campaña en Cataluña, una OPA sobre el Banco Sabadell es una invitación a la catarsis. Ahora escuchamos lo que han dicho los candidatos en liza pero eso no es lo relevante. Lo importante es lo que opina quien podría frustrar la operación y no nos referimos en este caso a los accionista sino al gobierno de la nación. Que no se caracteriza precisamente por su inhibición en los asuntos económicos y financieros.
Es tal su entusiasmo por intervenir que tardaron segundo en salir al paso de la operación. Es evidente que consideraban que la OPA hostil era una salida probable para el BBVA y tenía un argumentario previsto. Todavía no se ha expresado ninguno de los órganos reguladores. Ni el Banco de España ni el Banco Central Europeo y el Ministerio de Economía ya lo ha hecho. Decía Carlos Cuerpo que esto no conviene.
El Gobierno dispone de toda una batería legislativa que le permite interponerse. Empezando por la ley de estabilidad financiera. Y como considera que se está produciendo una nefasta concentración bancaria, ya podemos imaginar cómo concluirá todo. También podría aparecer eso que llaman un caballero blanco o que se planteara una contraopa. En cualquier caso, hablamos de un proceso de meses hasta que llegue una resolución definitiva.
Qué dice la oposición. Pues de forma oficial, lo que dice el PP es que «respeta los acuerdos a los que puedan llegar empresas privadas. En el caso que afecta al BBVA y al Banco Sabadell, consideramos relevante conocer la opinión de los organismos competentes».
Pero esto choca con la precipitada y algo desaforada reacción del presidente valenciano Carlos Mazón. Al que se le adivina rápidamente la lógica de terruño que está aplicando a su análisis. O sea que se opone porque la sede social del Banco Sabadell está en Alicante.
Lo fascinante es eso de destruir territorio. Qué significará eso. Sobre todo teniendo en cuenta que el Sabadell se mudó durante el procés de Cataluña. Quiero decir, que hay razones para oponerse mucho más convincentes que invocar el territorio como si fuera una danza tribal.
En eso coincide, claro, con Pere Aragonés, presidente de la Generarilitat porque al fin y al cabo la sede operativa del Banco Sabadell sigue estando en Cataluña
La noticia de la OPA hostil ha caído a plomo de la campaña. Los equipos de campaña han apartado durante un momento la vista de los sondeos del Adelaida Review o el Diario de Andorra, que en la última semana de unas elecciones en España tienen siempre un pico de tráfico, y se han ocupado del tema, que ha obligado a pronunciarse a todos los partidos. Hayek diría, a los socialistas de todos los partidos.
Vamos a empezar por Salvador Illa, porque está emparentado con lo que dice y con cómo lo dice Carlos Mazón. Illa decide que va a hablar en nombre de Cataluña entera. Esto de erigirse en intérpretes de la tierra pensábamos que era una prerrogativa de los nacionalistas, pero ya se ve que no.
Claro que, en esto, quien gana es Carles Puigdemont. Si la batalla va a ser con estas armas, quien va a ganar es quien las maneja con más soltura. Carles Puigdemont… que habla de una conspiración contra Cataluña.